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Daniel 6:6 - La Palabra (versión española)

6 Entonces aquellos hombres se dijeron: «No podremos encontrar nada que acuse a Daniel, a no ser que lo busquemos en materia relacionada con la ley de su Dios».

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Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que los administradores y los altos funcionarios se presentaron ante el rey y dijeron: «¡Que viva el rey Darío!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Los altos funcionarios y los gobernadores se precipitaron donde el rey y le dijeron: '¡Viva para siempre el rey Darío!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Por lo que estos gobernadores y sátrapas se reunieron ante el rey, y le dijeron así: ¡Rey Darío, vive para siempre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Dijéronse entonces aquellos hombres: 'No encontraremos nada de que acusar a este Daniel, salvo en cuestiones religiosas'.

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Daniel 6:6
13 Referans Kwoze  

y contesté al rey: —¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no voy a estar triste si la ciudad donde se hallan los sepulcros de mis antepasados está desolada y sus puertas devoradas por el fuego?


ellos están al acecho, me observan, vigilan mis pasos buscando mi muerte.


¿Hasta cuándo atacaréis a uno tratando de derribarlo todos juntos como a un muro que se desploma, como a una pared a punto de caer?


Los astrólogos respondieron al rey en arameo: —¡Larga vida al rey! Cuenta el sueño a tus siervos y daremos con su interpretación.


ante el rey Nabucodonosor diciéndole: —¡Larga vida al rey!


Cuando llegó a oídos de la reina lo que decían el rey y sus dignatarios, se presentó en la sala del banquete y dijo: —¡Larga vida al rey! No te alarmes ni palidezcas,


Cuando Daniel se enteró de la firma de aquel decreto, se retiró a su casa. La habitación superior de la vivienda tenía las ventanas orientadas hacia Jerusalén. Daniel se recluía en ella tres veces al día y, puesto de rodillas, oraba y alababa a su Dios. Siempre lo había hecho así.


Cuando estaba ya cerca, llamó a Daniel con voz angustiada: —Daniel, siervo del Dios vivo, ¿te ha podido salvar de los leones el Dios al que das culto diariamente?


Cuando este compareció, Tértulo procedió a la acusación. —Señor gobernador —dijo—: la paz duradera que actualmente disfrutamos, a ti te la debemos y a las reformas llevadas a cabo por tu sabia administración en favor de este pueblo.


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