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Cantares 1:15 - La Palabra (versión española)

15 ¡Qué hermosa eres, amor mío! ¡Qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas!

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Biblia Reina Valera 1960

15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¡Oh mi amor, ¡qué bella eres, qué bella eres con esos ojos de paloma!

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Él He aquí eres hermosa, oh amada mía. ¡Cuán bella eres! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¡Que eres bella, amada mía, que eres bella! Tus ojos son palomas.

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Cantares 1:15
17 Referans Kwoze  

¡Qué hermoso eres, amor mío! ¡Todo es delicia en ti! Nuestro lecho es de hierba,


Si no lo sabes tú, hermosa entre las mujeres, sigue las huellas del rebaño y lleva a pastar tus cabritillas por las cabañas de los pastores.


Amor mío, eres como la yegua de la carroza del faraón.


Mi amor habla y me dice: «Levántate, mi amada, hermosa mía, y ven.


Las higueras echan higos y hay aroma de uva en flor. Levántate, mi amada, hermosa mía, y ven.


¡Qué hermosa eres, amor mío! ¡Qué hermosa eres! Tus ojos son palomas entre el velo, y tu pelo, un rebaño de cabras que baja las laderas de Galaad.


¡Qué suaves son tus amores, hermana y novia mía! ¡Son más dulces que el vino tus amores! ¡Es mejor que todo aroma el olor de tus perfumes!


¡Tú eres toda hermosa, amor mío! ¡No hay en ti ningún defecto!


Sus ojos son dos palomas sobre pilones de agua, que se bañan en leche y se posan en la alberca.


Yo dormía con el corazón en vela y escuché la voz de mi amor: —Ábreme, hermana y compañera mía, mi paloma sin defecto, que traigo la cabeza cubierta de rocío y los rizos mojados del relente nocturno.


¿Quién es esa que surge como el alba, bella como la luna, radiante como el sol, e imponente como ejército con las banderas desplegadas?


Eres bella, amiga mía, como Tirsá, atractiva como Jerusalén, imponente como nube de banderas.


Tu cabeza se levanta igual que el monte Carmelo, tu cabello es como púrpura que a un rey enreda en sus trenzas.


¡Qué hermosa y qué dulce eres, amor mío, qué delicia!


«¿Por qué sucede así?» —os preguntáis—. Pues porque el Señor es testigo de que tú has sido infiel a la esposa de tu juventud, la esposa y compañera con quien te comprometiste.


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