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Apocalipsis 7:12 - La Palabra (versión española)

12 diciendo: —Amén. A nuestro Dios la alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza por siempre. Amén.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 cantando: «¡Amén! ¡La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza pertenecen a nuestro Dios por siempre y para siempre! Amén».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 diciendo: ¡Amén! Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 diciendo: ¡Amén! ¡La bendición, y la gloria, y la sabiduría, y la acción de gracias, y el honor, y el poder y la fortaleza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos! ¡Amén!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 diciendo: 'Amén. La bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén'.

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Apocalipsis 7:12
27 Referans Kwoze  

Pues ya desde antiguo, desde los días de David y Asaf, había responsables tanto de los cantores como de los cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios.


Los levitas eran: Josué, Binuí, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías que, con sus parientes, se encargaban de los himnos de acción de gracias.


Cruzad sus puertas dando gracias, sus atrios con alabanzas; dadle gracias y bendecid su nombre,


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! Y que todo el pueblo diga: ¡Amén! ¡Aleluya!


Que le ofrezcan sacrificios de alabanza, que pregonen sus obras con alegría.


Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocaré el nombre del Señor.


Cantad al Señor con gratitud, tocad la cítara para el Señor,


¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Amén, amén!


Ofrece a Dios sacrificios de alabanza y cumple tus promesas al Altísimo.


bendito sea su glorioso nombre por siempre, que llene su gloria la tierra entera. ¡Amén, amén!


¡Bendito sea Dios por siempre! ¡Amén, amén!


¡Vayamos hacia él dándole gracias, aclamémosle con cantos!


El Señor consuela a Sion, consuela a todas sus ruinas; transformará su desierto en Edén, su desolación en jardín del Señor; en ella habrá gozo y alegría, acciones de gracias y cantos.


voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia, las voces de los que entran en el Templo del Señor con acciones de gracias proclamando: «Dad gracias al Señor del universo, porque el Señor es bueno, porque es eterno su amor». Pues pienso cambiar la suerte del país dejándolo como al principio, dice el Señor.


Y la ciudad será objeto de alegría, de alabanza y de honor para todas las naciones que escuchen los beneficios que le voy a conceder; y se estremecerán y se conmoverán a la vista de los beneficios y el bienestar que le voy a proporcionar.


Los que adoran a ídolos vanos, es que han olvidado tu amor.


No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno.


Él es origen, camino y meta de todas las cosas. ¡A él la gloria por siempre! Amén.


Supongamos que, impulsado por el Espíritu, prorrumpes en una alabanza a Dios; ¿cómo podrá responder «Amén» a tu acción de gracias el simple fiel, si no sabe lo que has dicho?


Todo esto es para vuestro bien. Así, cuantos más participen del favor de Dios, tanto más crecerá la acción de gracias para gloria de Dios.


Que él sea cimiento y raíz de vuestra vida; manteneos firmes en la fe, según lo que aprendisteis, y vivid en incesante acción de gracias.


En fin, cuanto hagáis o digáis, hacedlo todo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


al Dios único que es nuestro Salvador, a él la gloria, la majestad, la soberanía y el poder, por medio de nuestro Señor Jesucristo, desde antes de todos los tiempos, ahora y por los siglos sin fin. Amén.


Yo soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo.


Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron, entonces, rostro en tierra y, adorando a Dios, que está sentado en el trono, decían: —¡Amén! ¡Aleluya!


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