Apocalipsis 22:14 - La Palabra (versión española)

¹⁴ ¡Dichosos los que han decidido lavar sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y poder entrar en la ciudad a través de sus puertas!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁴ Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁴ Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁴ Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁴ Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho° al árbol de la vida,° y entrar en la ciudad por las puertas.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁴ Dichosos los que lavan sus túnicas; así dispondrán del árbol de la vida y podrán entrar por las puertas de la ciudad.

Apocalipsis 22:14 Referans Kwoze

Génesis 2:9

Dios, el Señor, hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y de frutos apetitosos. Además, hizo crecer el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Génesis 3:22

Después, Dios, el Señor, se dijo: «El ser humano es ya como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; para ser inmortal solo le falta extender la mano y comer del fruto del árbol de la vida».

Salmos 112:1

¡Aleluya! Feliz quien venera al Señor y se complace en sus mandatos.

Salmos 118:20

Esta es la puerta del Señor, por ella entrarán los justos.

Éxodo 19:10

Y el Señor le dijo: —Vuelve con el pueblo, purifícalos hoy y mañana; que laven sus ropas

Daniel 12:12

Dichoso el que sea capaz de esperar y llegue a los mil trescientos treinta y cinco días.

Juan 10:7

Entonces Jesús les dijo: —Os aseguro que yo soy la puerta del aprisco.

Juan 10:9

Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su pasto.

Juan 14:15

Si me amáis, cumpliréis mis mandamientos;

Juan 14:6

Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí.

Juan 4:12

Jacob, nuestro antepasado, nos dejó este pozo, del que bebió él mismo, sus hijos y sus ganados. ¿Acaso te consideras de mayor categoría que él?

1 Corintios 7:19

¡Qué más da estar o no estar circuncidado! Lo que importa es cumplir los mandamientos de Dios.

1 Corintios 8:9

Eso sí, procurad que esta libertad vuestra no se convierta en ocasión de caída para los poco formados.

1 Corintios 9:5

¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer cristiana, como hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y el mismo Pedro?

Gálatas 5:6

En Cristo Jesús, en efecto, da lo mismo estar circuncidados que no estarlo; lo que cuenta es la fe, que actúa por medio del amor.

1 Juan 3:3

Esta esperanza que hemos puesto en él es la que nos va perfeccionando, como él es perfecto.

1 Juan 5:3

puesto que amar a Dios consiste en cumplir sus mandamientos. No se trata, por lo demás, de preceptos insoportables,

Apocalipsis 2:7

Quien tenga oídos, preste atención a lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.

Apocalipsis 21:12

Su muralla era alta y maciza, y doce ángeles custodiaban sus doce puertas, en las que estaban grabados los nombres de las doce tribus de Israel.

Apocalipsis 21:27

Y nada manchado entrará en ella: ningún depravado, ningún embaucador; tan solo los inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 22:2

En medio de la plaza de la ciudad, a una y otra orilla del río, crecía un árbol de vida que daba doce cosechas, a cosecha por mes, y sus hojas servían de medicina a las naciones.

Apocalipsis 22:7

Mira que estoy a punto de llegar. ¡Dichoso quien preste atención al mensaje profético de este libro!

Apocalipsis 7:14

Yo le respondí: —Mi Señor, tú eres quien lo sabe. Él me dijo: —Estos son los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.