Apocalipsis 19:11 - La Palabra (versión española)

¹¹ Vi luego el cielo abierto y un caballo blanco, cuyo jinete, llamado «Fiel» y «Veraz», juzga con justicia y se dispone a combatir.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹¹ Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹¹ Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹¹ Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo monta se llama 'Fiel' y 'Veraz'. Es el que juzga y lucha con justicia.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹¹ Y vi el cielo abierto,° y he aquí un caballo blanco, y el que lo monta es el Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y guerrea.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹¹ Vi entonces el cielo abierto y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama 'fiel y veraz', porque juzga y hace guerra según justicia.

Apocalipsis 19:11 Referans Kwoze

Salmos 50:6

Los cielos proclaman su justicia porque es Dios mismo el que juzga. [Pausa]

Salmos 96:13

delante del Señor que viene dispuesto a gobernar la tierra. Él juzgará al universo con justicia y a los pueblos con su fidelidad.

Salmos 98:9

ante el Señor que viene, que llega a juzgar a la tierra: juzgará al mundo con justicia y con rectitud a los pueblos.

Salmos 99:4

Rey poderoso que amas la justicia, tú mismo estableciste la equidad; la justicia y el derecho tú instauraste en Jacob.

Éxodo 15:3

El Señor es un guerrero, su nombre es «Señor».

Isaías 32:1

Si un monarca reina con justicia y los príncipes gobiernan rectamente,

Isaías 45:21

Hablad, traed pruebas, deliberad todos juntos. ¿Quién anunció esto desde antaño, quién predijo esto desde siempre? ¿No fui yo, el Señor? No hay dios fuera de mí; soy un Dios justo y salvador y no hay otro aparte de mí.

Jeremías 33:15

En aquellos días y en aquel tiempo le brotará a David un vástago legítimo que impondrá en el país la justicia y el derecho.

Ezequiel 1:1

El año treinta, el día cinco del cuarto mes, estaba yo con los deportados junto a la orilla del río Quebar. Entonces se abrió el cielo y tuve una visión divina.

Zacarías 1:8

—He tenido durante la noche una visión: vi a un hombre que estaba sentado en un caballo rojo entre los mirtos de la hondonada; detrás de él había caballos rojos, alazanes y blancos.

Juan 1:51

Y añadió: —Os aseguro que veréis cómo se abren los cielos y los ángeles de Dios suben y bajan sobre el Hijo del hombre.

Juan 14:6

Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí.

Apocalipsis 1:5

y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,

Apocalipsis 11:19

En aquel instante se abrió el Templo de Dios que está en el cielo y dentro de él apareció el Arca de su alianza en medio de relámpagos, truenos fragorosos, temblores de tierra y un recio granizar.

Apocalipsis 19:19

Vi entonces cómo la bestia y los reyes de la tierra concentraban sus ejércitos para presentar batalla al que montaba el caballo y a su ejército.

Apocalipsis 19:21

Los demás fueron exterminados por la espada del jinete del caballo blanco —la espada que sale de su boca— y todas las aves rapaces se hartaron de sus carnes.

Apocalipsis 3:14

Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios:

Apocalipsis 3:7

Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David, el que, cuando abre, nadie puede cerrar y, cuando cierra, nadie puede abrir:

Apocalipsis 4:1

Después de todo esto tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo, y aquella voz como de trompeta que me había hablado primero, me dijo: —Sube aquí, que voy a mostrarte lo que tiene que suceder en adelante.

Apocalipsis 6:2

—¡Ven! Al mirar, vi un caballo blanco, cuyo jinete iba armado de un arco. Le dieron una corona, y salió como seguro vencedor.