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Apocalipsis 11:15 - La Palabra (versión española)

15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces poderosas que proclamaban: —A nuestro Señor y a su Cristo pertenece el dominio del mundo, y lo ejercerá por siempre y para siempre.

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Biblia Reina Valera 1960

15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces el séptimo ángel tocó su trompeta, y hubo fuertes voces que gritaban en el cielo: «Ahora el mundo ya es el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por siempre y para siempre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y el séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: ¡El reino del mundo ha llegado a ser de nuestro Señor y de su Ungido, y reinará por los siglos de los siglos!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que decían: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.

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Apocalipsis 11:15
54 Referans Kwoze  

El Señor lo ha jurado y no va a arrepentirse: «Tú serás sacerdote para siempre, como lo fue Melquisedec».


¡El Señor reina por siempre, tu Dios, Sion, por generaciones! ¡Aleluya!


Los reyes de la tierra se rebelan, los príncipes conspiran juntos contra el Señor y su ungido:


¡Que todos los reyes se inclinen ante él, que todas las naciones lo sirvan!


¡Ponte, oh Dios, en acción y juzga a la tierra porque todas las naciones son tuyas!


Todas las naciones que forjaste vendrán, mi Dios, a postrarse ante ti y darán gloria a tu nombre.


¡El Señor reina eternamente!


Aquel día sonará el cuerno grande, volverán los dispersos por Asiria, los prófugos de la tierra de Egipto. Todos se postrarán ante el Señor en el monte santo de Jerusalén.


Alégrate, cielo, que ha actuado el Señor; aclamad jubilosas, simas de la tierra. Prorrumpan los montes en alegría, el bosque y los árboles que contiene. El Señor ha rescatado a Jacob, despliega su gloria en Israel.


Llamarás a un pueblo que no conoces, correrá a ti un pueblo que no te conoce, porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, que te honra.


El Señor ha mandado un aviso a Jacob, que caerá sobre Israel.


Señor, fuerza y fortaleza mías, mi amparo cuando llega el peligro. A ti acudirán los paganos de todos los rincones de la tierra diciendo: «Solo mentira es el legado de nuestros antepasados: pura nadería, inutilidad completa».


Se instalarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, donde estuvieron instalados vuestros antepasados; en ella vivirán siempre ellos, sus hijos y sus nietos, y mi siervo David será su príncipe para siempre.


Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no pude atravesar, pues el agua había crecido y solo a nado se podía atravesar: era un torrente que no se podía vadear.


y le fueron concedidos poder, honor y reino. Le rindieron homenaje gentes de todos los pueblos, naciones y lenguas. Su poder es eterno, nunca sucumbirá; su reino no será destruido.


Después de ellos, los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán para siempre, por los siglos de los siglos».


hasta que hizo su aparición el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo y llegaba el momento en que los santos tomaban posesión del reino.


Y el pueblo de los santos del Altísimo recibirá la soberanía, el poder y la gloria de todos los reinos que existen bajo el cielo. Su reino será eterno y todos los poderes le obedecerán y estarán a su servicio.


Aquel día —oráculo del Señor— me dirigiré a los cielos que darán su respuesta a la tierra;


Subirán victoriosos al monte de Sion y gobernarán en el monte de Esaú. ¡El reinado será del Señor!


Con las cojas formaré un resto, con las alejadas una nación poderosa. Y será el Señor en el monte Sion su rey ahora y para siempre.


Aquel día el Señor reinará sobre toda la tierra, será el único [Dios] y único será también su nombre.


pues bien, ¡arriba, Sion!, trata de ponerte a salvo, tú que habitas en Babilonia.


Porque, desde el levante hasta el poniente, se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones, y en todo lugar se me ofrece incienso y una ofrenda pura. Ciertamente se reconoce la grandeza de mi nombre en todas las naciones —dice el Señor del universo—,


Y él enviará a sus ángeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.


No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno.


reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.


Pues yo os digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.


y, al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: «¡Alegraos conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido!».


Los reyes de la tierra se han aliado y los poderosos se han confabulado en contra del Señor y de su ungido.


del Hijo, en cambio, dice: Tu trono, oh Dios, permanece para siempre y gobiernas tu reino con rectitud.


y que en aquel día, cuando el séptimo ángel se disponga a tocar su trompeta, Dios cumplirá su plan secreto anunciado como buena noticia a sus servidores los profetas.


Y oí en el cielo una voz poderosa que decía: —Ya está aquí la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios; ya está aquí la soberanía de su Cristo. Ha sido reducido a la impotencia el que día y noche acusaba a nuestros hermanos delante de nuestro Dios.


¿Cómo no temerte, Señor? ¿Cómo no engrandecerte? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus designios de salvación se han hecho manifiestos.


El séptimo ángel derramó, finalmente, su copa en el aire, y una voz poderosa procedente del Templo, de junto al trono mismo, clamó: —¡Hecho está!


Ellos harán la guerra al Cordero; pero el Cordero, que es Rey de reyes y Señor de señores, los derrotará, y en su triunfo participarán los llamados, los elegidos y los creyentes.


Después de esto, oí algo como la voz sonora de una gran muchedumbre que cantaba en el cielo: —¡Aleluya! Nuestro Dios es un Dios salvador, fuerte y glorioso,


Oí luego algo parecido a la voz de una muchedumbre inmensa, al rumor de aguas caudalosas, al retumbar de truenos fragorosos. Proclamaban: —¡Aleluya! El Señor Dios nuestro, dueño de todo, ha establecido su reinado.


Vi también unos tronos; a los que se sentaron en ellos se les dio poder para juzgar. Y vi con vida a los que habían sido asesinados por haber dado testimonio de Jesús y por haber proclamado la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no llevaban tatuada en la frente ni en las manos la marca de la bestia. Todos estos recobraron la vida y reinaron con Cristo mil años.


El cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas quedó como herida de muerte, la tercera parte de ellos se oscureció y las tinieblas invadieron la tercera parte del día y de la noche.


El quinto ángel tocó la trompeta, y vi cómo le fue entregada la llave del abismo a una estrella que había caído del cielo a la tierra.


El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que, procedente de los ángulos del altar de oro que está delante de Dios,


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