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Amós 6:8 - La Palabra (versión española)

8 El Señor Dios lo jura por sí mismo, —oráculo del Señor, Dios del universo—: Yo detesto la soberbia de Jacob y aborrezco todos sus palacios; por eso entregaré la ciudad al enemigo con todo cuanto hay en ella.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Jehová el Señor juró por sí mismo, Jehová Dios de los ejércitos ha dicho: Abomino la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios; y entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales: «Desprecio la arrogancia de Israel y odio sus fortalezas. Entregaré esta ciudad a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Juro por mí mismo, dice el Señor Yavé, el Dios de los Ejércitos: Yo aborrezco el lujo insolente de Jacob y detesto sus palacios; por eso, entregaré en manos del enemigo la ciudad con todos sus habitantes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 ° Adonay YHVH ha jurado por sí mismo, YHVH ’Elohey Sebaot, ha dicho:° Aborrezco el orgullo° de Jacob, y detesto sus palacios. Entregaré la ciudad y cuanto hay en ella.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El Señor Yahveh lo jura por sí mismo -oráculo de Yahveh, Dios Sebaot-: 'Aborrezco el orgullo de Jacob, detesto sus palacios; entregaré la ciudad y cuanto hay en ella'.

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Amós 6:8
28 Referans Kwoze  

y le dijo: —Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu único hijo,


Y el Señor se airó contra su pueblo, aborreciendo su heredad.


Él escogió nuestra heredad, la gloria de Jacob, su amado. [Pausa]


Si tuviera hambre no te lo diría, pues mía es la tierra y cuanto la llena.


Dios lo oyó y se llenó de furia, detestó intensamente a Israel.


(Respetar al Señor es odiar el mal.) Aborrezco la soberbia y la arrogancia, el mal proceder y la mentira.


¡Ay de la hermosa corona de los ebrios de Efraín! Su pompa y sus atavíos no son más que flor caduca en el cabezo del valle fértil de los ahítos de vino.


Mi heredad era para mí igual que un león en plena selva: lanzaba contra mí su rugido, por eso llegué a detestarla.


Piensa: «Me haré un palacio espacioso, salones superiores bien ventilados; le abriré ventanas lo revestiré de cedro, lo pintaré de color escarlata».


Pero si no escucháis estas palabras, lo juro por mí mismo —oráculo del Señor— que convertiré en ruinas este palacio».


Pero escuchad la palabra del Señor, judíos todos que habitáis en el país de Egipto: He jurado por mi ilustre nombre —dice el Señor— que mi nombre no volverá a ser invocado por ninguna persona de Judá, por esos que suelen jurar: «Por vida del Señor Dios» en el país de Egipto.


Juro por mí mismo —oráculo del Señor— que Bosrá y todas sus poblaciones se convertirán en desolación, oprobio y maldición: un eterno montón de ruinas.


El Señor del universo lo jura por su vida: Te he llenado de gente, innumerable como plaga de langosta, que cantarán victoria sobre ti.


Es mi Dios un enemigo que ha aniquilado a Israel: desmanteló sus palacios, derribó sus fortalezas y llenó la capital de gemidos y lamentos.


Di a los israelitas: Esto dice el Señor Dios: Voy a profanar mi santuario, manifestación de vuestro orgullo y poder, delicia de vuestros ojos, aquello por lo que suspiráis apasionados. Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada.


La espada arrasará sus ciudades, socavará sus defensas y todos serán destruidos a causa de sus maquinaciones.


Estableceré mi morada en medio de vosotros y jamás os rechazaré.


Destruiré vuestros santuarios de los altos y demoleré vuestros altares de incienso; apilaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos y os detestaré.


No saben obrar con rectitud, —oráculo del Señor—; sus palacios están repletos del fruto de su violencia y su rapiña.


Por eso, así dice el Señor Dios: El enemigo pondrá cerco al país, te despojará de tu fuerza y serán saqueados tus palacios.


El Señor Dios lo jura por su santidad: Vendrán sobre vosotras días en que os sacarán con garfios y a vuestros hijos con arpones de pesca;


Detesto y aborrezco vuestras fiestas, me disgustan vuestras asambleas.


Ese día —oráculo del Señor Dios— los cantos de palacio se volverán lamentos, y serán innumerables los cadáveres que serán desparramados en silencio.


Pues bien, el Señor ha jurado por el honor de Jacob que nunca se olvidará de esas acciones.


y en un solo mes despedí a tres pastores, pues yo no los pude aguantar y ellos se cansaron de mí.


Y el Señor se llenó de ira, al ver cómo sus hijos e hijas le ofendían.


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