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2 Timoteo 2:7 - La Palabra (versión española)

7 Supongo que entenderás lo que quiero decirte; en cualquier caso, el Señor hará que lo comprendas plenamente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Piensa en lo que te digo. El Señor te ayudará a entender todas estas cosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 seguramente el Señor hará que lo comprendas todo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Considera bien lo que quiero decir, ciertamente el Señor te dará° entendimiento en todo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Piensa bien lo que te estoy diciendo, pues el Señor te lo hará comprender todo.

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2 Timoteo 2:7
40 Referans Kwoze  

Solo precisas que Dios te conceda sensatez e inteligencia para que, cuando él te encargue gobernar a Israel, guardes la ley del Señor tu Dios.


Da a mi hijo Salomón un corazón íntegro para poner en práctica todos tus mandatos, leyes y preceptos y para edificar el Templo que te he preparado.


Yo soy tu siervo, instrúyeme para que pueda conocer tus mandatos.


Por siempre son justos tus mandatos, hazme entenderlos y seguiré viviendo.


Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender y aprenderé tus mandatos.


Todos, entonces, sienten miedo y pregonan la obra de Dios, comprendiendo su proceder.


Al contemplarlo reflexioné, al verlo aprendí la lección:


El buey conoce a su dueño, el asno, el pesebre del amo; pero Israel no conoce, mi pueblo no entiende.


Pues el Señor da las normas, su Dios es quien lo instruye.


Andan entre arpas y cítaras, entre panderos y flautas, y con vino en sus banquetes, y no advierten la obra del Señor, no ven lo que hacen sus manos.


Dios concedió a aquellos cuatro jóvenes sabiduría y conocimientos en toda clase de literatura y de actividades sapienciales. Daniel, en particular, entendía de visiones y de sueños.


porque yo os daré entonces palabras y sabiduría tales, que ninguno de vuestros enemigos podrá resistiros ni contradeciros.


Entonces abrió su mente para que comprendieran el sentido de las Escrituras.


—Escuchadme bien y no olvidéis esto: el Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres.


Pero el Abogado, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recordéis cuanto yo os he enseñado y os lo explicará todo.


Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará para que podáis entender la verdad completa. No hablará por su propia cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y os anunciará las cosas que han de suceder.


y salió con bien de todas las circunstancias adversas. Más aún, Dios le concedió sabiduría e hizo que se granjeara la simpatía del faraón, rey de Egipto, quien lo nombró gobernador de Egipto y jefe de toda la casa real.


Así, a uno lo capacita el Espíritu para hablar con sabiduría, mientras a otro el mismo Espíritu le concede expresarse con un profundo conocimiento de las cosas.


Si fueran sabios, lo entenderían y comprenderían cuál será su fin.


Así que reconoce hoy y convéncete de que el Señor es el único Dios: ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay ningún otro.


Finalmente, hermanos, apreciad todo lo que sea verdadero, noble, recto, limpio y amable; todo lo que merezca alabanza, suponga virtud o sea digno de elogio.


Por eso, desde el día en que nos enteramos de todo esto, no cesamos de rogar por vosotros. Pedimos a Dios que os llene del conocimiento de su voluntad, que os haga profundamente sabios y os conceda la prudencia del Espíritu.


Tómate en serio todo esto y vívelo intensamente a fin de que todos puedan constatar tu aprovechamiento.


o con el labrador, que solo si se afana en su trabajo tendrá derecho antes que nadie a recoger los frutos.


Ten siempre presente a Jesucristo, que nació de la estirpe de David y resucitó de la muerte conforme al evangelio que yo anuncio


Tened, por tanto, en cuenta a quien soportó una oposición tan fuerte de parte de los pecadores. Si lo hacéis así, el desaliento no se apoderará de vosotros.


Recordad a los dirigentes que os anunciaron el mensaje de Dios. Tomad nota de cómo culminaron su vida y seguid el ejemplo de su fe.


Por tanto, hermanos creyentes que compartís un mismo llamamiento celestial, no perdáis de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jesús,


Considerad qué excelso tenía que ser Melquisedec para que el patriarca Abrahán le diera la décima parte del botín.


Si alguno de vosotros anda escaso de sabiduría, pídasela a Dios, que reparte a todos con largueza y sin echarlo en cara, y él se la dará.


Semejante sabiduría no viene de lo alto, sino que es terrena, carnal, diabólica.


En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, pero también pacífica, indulgente, conciliadora, compasiva, fecunda, imparcial y sincera.


Sabemos, en fin, que el Hijo de Dios ha venido y ha iluminado nuestras mentes para que conozcamos al Verdadero. Y nosotros estamos unidos al Verdadero y a su Hijo Jesucristo, que es Dios verdadero y vida eterna.


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