2 Samuel 20:20 - La Palabra (versión española)

²⁰ Joab contestó: —¡Líbreme Dios! ¡Líbreme Dios de arruinar y destruir!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁰ Joab respondió diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁰ Joab contestó: —¡Créame, no quiero devorar ni destruir su ciudad!

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁰ Joab respondió: 'De ninguna manera quiero yo destruir ni arruinar.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁰ Y Joab respondió y dijo: ¡Lejos, lejos esté de mí que yo devore o destruya!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁰ Joab respondió: '¡Muy lejos de mí aniquilar o destruir!

2 Samuel 20:20 Referans Kwoze

2 Samuel 20:10

Pero Amasá no reparó en la espada que Joab llevaba en la otra mano y este se la clavó en la barriga; se le salieron los intestinos a Amasá y así, de un solo golpe, murió. Luego Joab y su hermano Abisay reanudaron la persecución de Sebá, el hijo de Bicrí.

2 Samuel 20:19

Somos israelitas pacíficos y fieles ¡y tú pretendes destruir una ciudad importante de Israel! ¿Por qué quieres arruinar el patrimonio del Señor?

2 Samuel 20:21

No es ese el caso. Se trata de un hombre de la montaña de Efraín, llamado Sebá, hijo de Bicrí, que se ha rebelado contra el rey David. Entregádnoslo a él solo y abandonaré la ciudad. La mujer respondió a Joab: —Te echaremos su cabeza desde la muralla.

2 Samuel 23:17

diciendo: —¡Líbreme el Señor de beberla, pues es como la sangre de los hombres que han ido a buscarla arriesgando sus vidas! Y no quiso beberla. Eso es lo que hicieron los tres héroes.

Job 21:16

¿No depende del malvado su dicha, aunque su plan esté lejos de Dios?

Job 22:18

Y eso que colmaba sus casas de bienes. ¡Lejos de mí el consejo de los malvados!

Proverbios 28:13

El que oculta sus delitos no prosperará; quien los reconoce y se enmienda, obtendrá compasión.

Jeremías 17:9

Nada hay más engañoso que el corazón; no tiene remedio, ¿quién lo conoce?

Lucas 10:29

Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistió: —¿Y quién es mi prójimo?