2 Samuel 17:22 - La Palabra (versión española)

²² David y la gente que lo acompañaba se pusieron a cruzar el Jordán y al amanecer no quedaba ninguno que no hubiese cruzado el río.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²² Entonces David se levantó, y todo el pueblo que con él estaba, y pasaron el Jordán antes que amaneciese; ni siquiera faltó uno que no pasase el Jordán.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²² Entonces David y los que estaban con él cruzaron el río Jordán durante la noche, y todos llegaron a la otra orilla antes del amanecer.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²² David y todo el ejército que lo acompañaba iniciaron la marcha, pasaron el Jordán y al alba todos habían atravesado el Jordán.

La Biblia Textual 3a Edicion

²² Se levantó pues David y todo el pueblo que estaba con él, y cruzaron el Jordán, y ya al amanecer° no quedaba ninguno que no hubiera cruzado el Jordán.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²² Entonces se levantó David y todo el pueblo que le seguía y pasaron el Jordán. Al despuntar el alba no quedaba ni uno que no hubiera atravesado el Jordán.

2 Samuel 17:22 Referans Kwoze

2 Samuel 17:21

Después de marcharse salieron ellos del pozo y fueron a informar al rey David: —Preparaos a cruzar inmediatamente el río, porque Ajitófel ha dado este consejo contra vosotros.

2 Samuel 17:23

Cuando Ajitófel vio que no ponían en práctica su consejo, aparejó el burro y se marchó a casa, a su ciudad. Luego puso en orden su casa, se ahorcó y murió, siendo enterrado en el sepulcro de su padre.

2 Samuel 17:24

Cuando David llegaba a Majanáin, Absalón cruzó el Jordán con todos los israelitas que lo acompañaban.

Salmos 42:6

Estoy abatido; por eso te evoco desde la tierra del Jordán y el Hermón, desde el monte Mizar.

Proverbios 27:12

El prudente ve el peligro y se esconde; los incautos se arriesgan y lo pagan.

Números 31:49

y le dijeron: —Tus siervos han contado a los combatientes a nuestro cargo y no falta ninguno.

Mateo 10:16

Mirad, os envío como ovejas en medio de lobos. Por eso, sed astutos como serpientes, aunque también inocentes como palomas.

Juan 18:9

(Así se cumplió lo que él mismo había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me confiaste»).