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2 Reyes 17:23 - La Palabra (versión española)

23 hasta que el Señor terminó por expulsar a Israel de su presencia, como había anunciado por medio de sus siervos, los profetas, e Israel fue deportado desde su tierra a Asiria, donde permanecen hasta el presente.

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Biblia Reina Valera 1960

23 hasta que Jehová quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 hasta que finalmente el Señor los barrió de su presencia, tal como les habían advertido todos los profetas. En consecuencia, los israelitas fueron desterrados y deportados a Asiria, donde se encuentran hasta el día de hoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 de tal modo que al último Yavé echó a Israel lejos de él, tal como lo había dicho por boca de todos sus servidores los profetas; Israel fue deportado a Asur lejos de su tierra hasta el día de hoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 hasta que YHVH apartó a Israel de su presencia, tal como había dicho por mano de todos sus siervos los profetas. Entonces Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta este día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 hasta que Yahveh apartó a Israel de su presencia, como había predicho por medio de todos sus siervos los profetas. Israel fue llevado a la cautividad lejos de su tierra, a Asiria, hasta el día de hoy.

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2 Reyes 17:23
29 Referans Kwoze  

que se puso a gritar contra el altar, por orden del Señor: —¡Altar, altar! Esto dice el Señor: «Nacerá un descendiente de David, llamado Josías, que sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los santuarios que ofrecen incienso sobre ti y quemará sobre ti huesos humanos».


El Señor castigará a Israel por los pecados que Jeroboán ha cometido y los que ha hecho cometer a Israel».


arrancaré a Israel de la tierra que le he dado, rechazaré este Templo que he consagrado a mi nombre, e Israel quedará convertido en refrán y burla de todos los pueblos.


Pero el Señor se compadeció de ellos y los atendió en consideración a su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob. Por eso no quiso exterminarlos ni expulsarlos de su presencia hasta el presente.


El Señor había advertido a Israel y a Judá, por medio de todos sus profetas y videntes: «Apartaos de vuestro mal camino y guardad mis mandatos y preceptos, de acuerdo con la ley que di a vuestros antepasados y que os transmití por medio de mis siervos, los profetas».


Por todo ello el Señor se enfureció contra Israel, los expulsó de su presencia, y solo quedó la tribu de Judá.


El Señor rechazó a toda la estirpe de Israel y la humilló, entregándola en poder de saqueadores, hasta que los expulsó de su presencia.


En efecto, los israelitas imitaron todos los pecados de Jeroboán, sin apartarse de ellos,


Finalmente, el año noveno de Oseas, tomó Samaría y deportó a los israelitas a Asiria, estableciéndolos en Jalaj, en las riberas del Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.


Abandonaré al resto de mi heredad y los entregaré como despojos y botín en poder de sus enemigos,


El Señor dijo: —Expulsaré de mi presencia también a Judá, como expulsé a Israel, y rechazaré a Jerusalén, mi ciudad preferida, y al Templo en el que quise que residiera mi nombre.


En realidad esto sucedió porque el Señor había decidido expulsar a Judá de su presencia, por todos los pecados que había cometido Manasés


Y el rey de Babilonia los hizo ejecutar en Ribla, en territorio de Jamat. Así fue deportado Judá lejos de su tierra.


Aun así, imitó los pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, había hecho cometer a Israel y no se apartó de ellos.


Ahora, pues, Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que eres misericordioso y te mantienes fiel a la alianza: ¡No tengas en poco todo el dolor que sufrieron nuestros reyes, nuestros príncipes y sacerdotes, nuestros profetas y todo tu pueblo desde los tiempos de los reyes asirios hasta el día de hoy!


Yo enseñaré tus sendas a los malvados y los pecadores regresarán a ti.


Por eso, Jerusalén y Judá sufrieron las consecuencias de la cólera del Señor, que los arrojó de su presencia. Sedecías, por su parte, se rebeló contra el rey de Babilonia.


Os arrojaré de mi presencia como arrojé a vuestros hermanos, a toda la estirpe de Efraín.


El Señor entabla pleito a Israel, va a castigar la conducta de Jacob, le va a retribuir según sus acciones.


cuando yo os deporte más allá de Damasco, —dice el Señor, cuyo nombre es Dios del universo.


Y es que Jacob se ha rebelado, Israel amontona pecados. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No está acaso en Samaría? ¿Cuáles los altozanos de Judá? ¿No están en la misma Jerusalén?


Pues bien, reduciré a Samaría a un montón de ruinas, a un campo donde se planten viñas. Haré rodar sus piedras hasta el valle y dejaré al descubierto sus cimientos.


Así que no tendrás a nadie que, en la asamblea del Señor, eche a suertes los lotes de la tierra.


Entonces dijo: Voy a ocultarles mi rostro, ¡y a ver en qué terminan! Sin duda son una generación perversa, hijos desleales.


estad seguros de que el Señor, vuestro Dios, no seguirá arrojando delante de vosotros a esos pueblos. Serán para vosotros red, lazo, aguijón en vuestros costados y espina en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierra que os ha dado el Señor, vuestro Dios.


Construyeron también un altar en honor de la imagen, y Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, y después de él sus descendientes actuaron como sacerdotes en la tribu de Dan hasta el tiempo de la deportación del país.


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