2 Pedro 2:8 - La Palabra (versión española)

⁸ pues, bueno como era y viviendo en medio de ellos, sentía rompérsele su buen corazón más y más cada día al ver y oír sus perversidades.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Así es, Lot era un hombre recto atormentado en su alma por la perversión que veía y oía a diario.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Este hombre recto vivía en medio de ellos, y su conciencia recta sufría día tras día viendo y oyendo sus crímenes.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ (porque este justo, que vivía entre ellos, día tras día atormentaba su alma justa por los hechos inicuos de lo que veía y escuchaba);

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ pues este justo, que vivía entre ellos, día tras día se afligía en su alma justa por las obras malas que veía y oía.

2 Pedro 2:8 Referans Kwoze

Génesis 13:13

Los habitantes de Sodoma eran perversos y pecaban gravemente contra el Señor.

Salmos 119:136

Vierten mis ojos ríos de agua, porque no se respeta tu ley.

Salmos 119:139

Mi celo me consume, porque olvidan mis rivales tus palabras.

Salmos 119:158

He visto traidores que detesto, porque no han respetado tu promesa.

Proverbios 25:26

Fuente turbia y manantial contaminado es el justo que tiembla ante el malvado.

Proverbios 28:12

Cuando triunfan los justos, hay gran celebración; cuando prevalecen los malvados, todos se esconden.

Ezequiel 9:4

Le dijo el Señor: —Recorre la ciudad de Jerusalén y pon una señal en la frente de todos los que gimen y sollozan por las abominaciones que se cometen en ella.

Ezequiel 9:6

Matad a ancianos y jóvenes, a muchachas, niños y mujeres, hasta acabar con todos. Pero no toquéis a la gente que lleva la señal. Empezad por mi santuario. Empezaron por los ancianos que estaban ante el Templo.

1 Timoteo 1:9

Como es también sabido que no está hecha para el buen ciudadano, sino para los malvados y rebeldes; para los impíos y pecadores; para los sacrílegos y profanadores de lo sagrado; para los parricidas, los matricidas y los asesinos;

Hebreos 11:4

Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más valioso que el de Caín; por ella fue proclamado justo al dar Dios testimonio a favor de sus ofrendas. Y por su fe, aunque muerto, sigue hablando todavía.

Santiago 5:16

Reconoced, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros. Así sanaréis, ya que es muy poderosa la oración perseverante del justo.