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2 Crónicas 2:6 - La Palabra (versión española)

6 Mándame, pues, un especialista en trabajos de oro, plata, bronce y hierro; que domine las tintas púrpura, carmesí y azul, y que sepa grabar, para que se una a los expertos que preparó mi padre David y que están conmigo en Judá y Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Mas ¿quién será capaz de edificarle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Quién, pues, soy yo, para que le edifique casa, sino tan solo para quemar incienso delante de él?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 pero en realidad, ¿quién puede edificarle un hogar digno de él? ¡Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerlo! ¿Quién soy yo para proponer construirle un templo, excepto como lugar para quemarle sacrificios?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Mándame, pues, un hombre hábil en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar; estará con los artesanos que tengo conmigo en Judá y en Jerusalén, y que mi padre David ya puso a mi disposición.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Pero ¿quién será capaz de edificarle Casa, cuando los cielos, y los cielos de los cielos no lo pueden contener?° Y, ¿quién soy yo para que le edifique una Casa, sino tan sólo para quemar incienso ante Él?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Envíame, pues, un hombre experto en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar entalladuras, para que esté con los expertos que tengo en Judá y en Jerusalén, a los que mi padre David ya había preparado.

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2 Crónicas 2:6
19 Referans Kwoze  

Entonces el rey David entró a presentarse ante el Señor y dijo: —¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí?


El rey Salomón mandó traer de Tiro a Jirán,


hijo de una viuda de la tribu de Neftalí y de padre tirio. Era un experto broncista, dotado de habilidad, conocimientos y técnica para toda clase de trabajos en bronce. Se presentó al rey Salomón y realizó todos sus encargos.


Pero ¿puede Dios habitar realmente en la tierra? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, ¿cómo podría hacerlo este Templo que he construido?


También tienes a tu disposición un gran número de obreros, albañiles, maestros carpinteros y canteros, y a especialistas en cualquier tipo de trabajo.


Ni yo ni mi pueblo somos nadie para atrevernos a hacerte estos donativos, pues todo procede de ti y solo te damos lo que de ti hemos recibido.


Concédeme, pues, sabiduría e inteligencia para dirigir a este pueblo, pues ¿quién es capaz de gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo?


Pero ¿puede Dios habitar realmente en la tierra con los seres humanos? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, ¿cómo podría hacerlo este Templo que he construido?


Entonces Moisés preguntó a Dios: —¿Quién soy yo para presentarme al faraón y sacar de Egipto a los israelitas?


tallar y engastar piedras preciosas, trabajar la madera y realizar cualquier otra labor.


Así dice el Señor: El cielo es mi trono, la tierra, el escabel de mis pies. ¿Qué templo vais a construirme, o qué lugar donde pueda residir?


Si alguien se oculta en su escondrijo, ¿creéis que no puedo verlo? —Oráculo del Señor—. ¿No lleno yo cielo y tierra? —Oráculo del Señor—.


para los que se pierden, aroma que lleva inexorablemente a la muerte; para los que se salvan, fragancia que conduce a la vida. Y ¿quién estará a la altura de tan gran responsabilidad?


A mí, que soy el más insignificante de todos los creyentes, se me ha concedido este privilegio: anunciar a los paganos la incalculable riqueza de Cristo


Y al llegar al lugar que el Señor vuestro Dios escoja como morada de su nombre, llevaréis allí todo lo que os he ordenado: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y vuestras contribuciones, junto con las ofrendas más selectas de vuestras posesiones que le hayáis prometido al Señor.


Tus holocaustos los ofrecerás únicamente en el lugar escogido por el Señor en una de las tribus. Solo allí harás todo lo que yo te ordeno.


Al lugar que el Señor haya escogido, llevarás solo las cosas que hayas consagrado y las que ofrezcas como voto.


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