Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





2 Crónicas 14:7 - La Palabra (versión española)

7 Asá tenía un ejército de trescientos mil judíos armados de escudos y lanzas, y doscientos ochenta mil benjaminitas armados de escudos y arcos; todos ellos, guerreros valerosos.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de muros con torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, y él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, y fueron prosperados.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Asa le dijo a la gente de Judá: «Construyamos y fortifiquemos ciudades con murallas, torres, puertas y barras. La tierra aún nos pertenece porque buscamos al Señor nuestro Dios, y él nos ha dado paz en todo el territorio». Así que continuaron con estos proyectos hasta completarlos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Edificaron y prosperaron. Asá tenía un ejército de trescientos mil hombres de Judá, que llevaban escudos grandes y lanzas, y doscientos ochenta mil de Benjamín, que llevaban el escudo pequeño y eran arqueros, todos ellos esforzados guerreros.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

7 Así que dijo a Judá: Edifiquemos estas ciudades y cerquémoslas con muros y torres, portones° y barras, ya que la tierra aún es nuestra,° pues hemos buscado a YHVH nuestro Dios, lo hemos buscado, y Él nos ha dado reposo por todas partes. Así pues, edificaron y prosperaron.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Tenía Asá un ejército de trescientos mil hombres de Judá, que llevaban escudo y lanza, y de doscientos ochenta mil de Benjamín, que llevaban escudo y manejaban el arco. Todos ellos eran guerreros valientes.

Gade chapit la Kopi




2 Crónicas 14:7
21 Referans Kwoze  

El resto de la historia de Asá, todas sus hazañas y gestas y las ciudades que fortificó, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. En su vejez, Asá enfermó de gota.


Y tú, hijo mío, Salomón, reconoce al Dios de tu padre y sírvelo de forma exclusiva y generosa, pues él sondea todos los corazones y penetra en todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te abandonará para siempre.


y eliminó de todas las ciudades de Judá los santuarios locales de los montes y los altares de incienso. Y el reino disfrutó de paz bajo su gobierno.


Asá les dijo: —Puesto que hemos seguido al Señor nuestro Dios y él nos ha dado paz con los vecinos, fortifiquemos estas ciudades construyendo a su alrededor murallas, torres, puertas y cerrojos, ahora que el país está en nuestro poder. Y concluyeron con éxito las obras de construcción.


Todo Judá estaba feliz con el juramento, pues lo habían hecho de todo corazón y habían seguido al Señor con su mejor voluntad por lo que el Señor se había dejado encontrar por ellos, concediéndoles paz con sus vecinos circundantes.


Tenía abundantes provisiones en las ciudades de Judá y un ejército de soldados aguerridos en Jerusalén,


Por Benjamín, el valeroso Elyadá con doscientos mil hombres armados de arco y escudo;


El reinado de Josafat, en cambio, fue tranquilo y Dios le concedió paz con sus vecinos.


Amasías reunió a Judá y lo organizó por familias paternas, al mando de jefes de millar y de cien para todo Judá y Benjamín. Hizo el censo de los mayores de veinte años y resultaron trescientos mil soldados escogidos, aptos para el ejército y armados de lanza y escudo.


que tenían bajo su mando un ejército de trescientos siete mil quinientos guerreros esforzados, listos para socorrer al rey contra el enemigo.


Ezequías se armó de valor y reconstruyó todas las partes derruidas de la muralla, levantó torres y una segunda muralla exterior, fortificó el terraplén de la ciudad de David y mandó fabricar gran cantidad de lanzas y escudos.


Convirtió a Bet Jorón de arriba y a Bet Jorón de abajo en plazas fuertes con murallas, puertas y cerrojos.


Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar.


La Iglesia gozó de un período de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Fueron días en que, impulsada por el Espíritu Santo y plenamente fiel al Señor, iba consolidándose y extendiéndose cada vez más.


Había pasado mucho tiempo desde que el Señor concediera a Israel la paz con todos los enemigos de alrededor.


Pues los ojos del Señor se fijan en los buenos, y sus oídos atienden a sus ruegos. Rechaza, en cambio, el Señor a quienes practican el mal.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite