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2 Crónicas 1:10 - La Palabra (versión española)

10 Concédeme, pues, sabiduría e inteligencia para dirigir a este pueblo, pues ¿quién es capaz de gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Dame la sabiduría y el conocimiento para guiarlo correctamente, porque, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Dame, pues, la sabiduría y el entendimiento para que pueda conducir a este pueblo, porque ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Dame pues sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo, porque, ¿quién será capaz de juzgar a éste, tu pueblo tan grande?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Dame sabiduría y entendimiento para que pueda dirigir la vida de este pueblo, porque ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan considerable?'.

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2 Crónicas 1:10
14 Referans Kwoze  

Ya antes, aunque Saúl era nuestro rey, eras tú el que dirigías a Israel. Además, el Señor te dijo: «Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel».


Dale a tu siervo un corazón atento para gobernar a tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién es capaz de gobernar a un pueblo tan importante como el tuyo?


Solo precisas que Dios te conceda sensatez e inteligencia para que, cuando él te encargue gobernar a Israel, guardes la ley del Señor tu Dios.


Instrúyeme para cumplir tu ley, la respetaré de todo corazón.


Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender y aprenderé tus mandatos.


Antes que nada adquiere sabiduría, con toda tu fortuna adquiere inteligencia.


Gracias a mí reinan los reyes y los soberanos administran la justicia.


para que la presida y la guíe, de manera que la comunidad del Señor no sea como un rebaño de ovejas que no tienen pastor.


para los que se pierden, aroma que lleva inexorablemente a la muerte; para los que se salvan, fragancia que conduce a la vida. Y ¿quién estará a la altura de tan gran responsabilidad?


No presumimos, pues, de estar capacitados para hacer algo por cuenta propia; nuestra capacidad proviene de Dios.


—Tengo ciento veinte años y no me quedan fuerzas para andar yendo y viniendo. Además el Señor me ha dicho que no cruzaré el Jordán,


Si alguno de vosotros anda escaso de sabiduría, pídasela a Dios, que reparte a todos con largueza y sin echarlo en cara, y él se la dará.


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