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2 Corintios 6:15 - La Palabra (versión española)

15 ¿Qué acuerdo puede haber entre Cristo y Satanás? ¿Qué relación entre el creyente y el incrédulo?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y el diablo? ¿Cómo puede un creyente asociarse con un incrédulo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¿Podría haber armonía entre Cristo y Satanás? ¿Qué unión puede haber entre el que cree y el que ya no cree?

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¿Y qué concordia° del Mesías con Belial? ¿O qué parte del creyente con el incrédulo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¿Qué acuerdo puede haber entre Cristo y Beliar, o qué participación entre un creyente y un infiel?

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2 Corintios 6:15
14 Referans Kwoze  

Elías se acercó a la gente y dijo: —¿Hasta cuándo seguiréis danzando una vez sobre un pie y otra vez sobre otro? Si el Señor es Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal. Pero la gente no respondió.


Zorobabel, Josué y el resto de los cabezas de familia de Israel les contestaron: —No podemos edificar un Templo a nuestro Dios junto con vosotros. Tan solo nosotros hemos de construirlo para el Señor, Dios de Israel, como nos ha ordenado Ciro, rey de Persia.


El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, será condenado.


Sin embargo, pronto fueron multitud los hombres y mujeres que creyeron en el Señor.


—¡Al infierno tú y tu dinero! —le contestó Pedro—. ¿Cómo has podido imaginar que el don de Dios es un objeto de compraventa?


¡Pleiteáis hermano contra hermano y, por si fuera poco, ante jueces no cristianos!


Pues quien no mira por los suyos, especialmente por los de su casa, ha renegado de la fe y es peor que los infieles.


Gracias a él, creéis en Dios, que lo resucitó de la muerte y lo llenó de gloria para que de esta manera vuestra fe y vuestra esperanza descansen en Dios.


Mientras recobraban fuerzas, los hombres de la ciudad, gente malvada, cercaron la casa y, golpeando la puerta, le dijeron al anciano, dueño de la casa: —Sácanos al hombre que ha entrado en tu casa, para que nos acostemos con él.


Entregadnos a esos desalmados de Guibeá; les daremos muerte y desaparecerá la maldad en Israel. Pero los de Benjamín no hicieron caso a sus hermanos israelitas.


Los hijos de Elí eran unos desalmados que no respetaban al Señor,


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