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2 Corintios 5:8 - La Palabra (versión española)

8 Rebosamos confianza, a pesar de todo, y preferiríamos abandonar el cuerpo para ir a vivir junto al Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Por eso nos viene incluso el deseo de salir de este cuerpo para ir a vivir con el Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 pero estamos confiados, aunque más preferimos° salir del cuerpo y estar junto al Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.

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2 Corintios 5:8
22 Referans Kwoze  

Tú me muestras el camino de la vida, junto a ti abunda la alegría, a tu lado el gozo no tiene fin.


Pero yo, Señor, me he portado rectamente y por eso contemplaré tu rostro; al despertarme, me saciaré de tu imagen.


El malvado tropieza en su maldad, el justo halla refugio en su honradez.


El amo le contestó: «Está muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondré al frente de mucho más. Entra y participa en mi propia alegría».


El amo le dijo: «Está muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondré al frente de mucho más. Entra y participa en mi propia alegría».


Ahora, Señor, ya puedo morir en paz, porque has cumplido tu promesa.


Si alguien quiere servirme, que me siga. Correrá la misma suerte que yo. Y todo el que me sirva será honrado por mi Padre.


Una vez que me haya ido y os haya preparado el lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde esté yo.


Es mi deseo, Padre, que todos estos que tú me has confiado estén conmigo y contemplen mi gloria, la que me diste porque me amaste antes de que el mundo existiese.


Pero él respondió: —¿Por qué me desanimáis con vuestro llanto? Estoy dispuesto no solo a dejarme encadenar, sino a morir en Jerusalén por la causa de Jesús, el Señor.


Así que en todo momento estamos llenos de confianza sabiendo que, mientras el cuerpo sea nuestra morada, nos hallamos lejos del Señor


Por eso, tanto si vivimos en este cuerpo como si lo abandonamos, lo que deseamos es agradar al Señor.


Ahora, queridos, somos hijos de Dios, aunque todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que el día en que se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.


Allí no habrá ya nada maldito. Será la ciudad del trono de Dios y del Cordero, donde sus servidores le rendirán culto,


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