2 Corintios 3:2 - La Palabra (versión española)

² ¡Nuestra carta de recomendación sois vosotros mismos! La llevamos escrita en el corazón y todo el mundo puede conocerla y leerla.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

Biblia Nueva Traducción Viviente

² La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación; es una carta escrita en el interior de las personas pero que todos pueden leer y entender.

La Biblia Textual 3a Edicion

² Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² Nuestra carta sois vosotros: escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.

2 Corintios 3:2 Referans Kwoze

Romanos 1:8

Quiero empezar dando gracias por todos vosotros a mi Dios, mediante Jesucristo, porque en el mundo entero se habla con admiración de vuestra fe.

1 Corintios 3:10

Yo, respondiendo al don que Dios me ha concedido, he puesto los cimientos como buen arquitecto; otro es el que levanta el edificio. Mire, sin embargo, cada uno cómo lo hace.

2 Corintios 11:11

¿Habré hecho esto porque no os quiero? ¡Bien sabe Dios cuánto os quiero!

2 Corintios 12:15

Así que gastaré gustosamente cuanto tenga, y me desgastaré yo mismo por vosotros. ¿Acaso por amaros yo tanto, me amaréis vosotros menos?

2 Corintios 3:1

¿Estamos ya otra vez haciéndonos la propaganda? ¿Es que necesitamos, como ciertos individuos, presentarnos a vosotros con cartas de recomendación o recibirlas de vosotros?

2 Corintios 7:3

Y con esto no pretendo recriminaros, pues ya os he dicho que, en vida o en muerte, os llevo en el corazón.

Filipenses 1:7

¿Acaso no está justificado esto que siento por vosotros? Os llevo muy dentro del corazón, ya que todos vosotros compartís conmigo este privilegio mío de la prisión y de poder defender y consolidar el evangelio.

1 Tesalonicenses 1:8

Y no solo en Macedonia y Acaya habéis hecho resonar la palabra del Señor, sino que vuestra fe en Dios se ha extendido por todas partes, hasta el punto de hacer innecesaria cualquier palabra nuestra.