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2 Corintios 11:15 - La Palabra (versión española)

15 es natural que, quienes le sirven se disfracen de agentes de salvación. Pero tendrán el final que merecen sus acciones.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Así que no es de sorprenderse que los que lo sirven también se disfracen de siervos de la justicia. Al final, recibirán el castigo que sus acciones perversas merecen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 no es mucho que sus servidores se disfracen también de servidores del bien. Pero su fin será el que se merecen sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Así que, no es muy extraño° si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia, el fin de los cuales será conforme a sus obras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 No es mucho, pues, que también sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su final será según sus obras.

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2 Corintios 11:15
30 Referans Kwoze  

Pero sus servidores se acercaron y le dijeron: —Padre, si el profeta te hubiera mandado algo extraordinario, ¿no lo habrías hecho? Pues con más razón cuando solo te ha dicho que te bañes para quedar limpio.


Por eso, así dice el Señor: Voy a castigar a Semaías el nejlamita tomando una decisión sobre su descendencia: ya no tendrá descendiente que viva en medio de este pueblo y que pueda gozar de los bienes que voy a conceder a mi pueblo». —Oráculo del Señor.


los profetas profetizan en falso, los sacerdotes actúan a su antojo, y a mi pueblo le gustan estas cosas. ¿Qué haréis cuando todo esto acabe?


Porque habéis perturbado la mente del justo con mentiras, cuando ni yo mismo lo perturbo, y habéis fortalecido las manos del malvado, incitándolo a persistir en su equivocado camino e impidiéndole así salvar su vida.


y le dijo: —¡Embaucador, embustero redomado, engendro del diablo, enemigo del bien! ¿Hasta cuándo vas a falsear la verdad limpia y llana del Señor?


y pague a cada uno según su merecido:


Algunos calumniadores dicen que yo enseño aquello de «hacer el mal para que venga el bien». ¡Esos tales tienen bien merecido el castigo!


Nosotros hemos sembrado bienes espirituales; ¿será mucho pedir que cosechemos de vosotros algún bien terreno?


En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo.


¿Que están al servicio de Cristo? Pues aunque sea una insensatez decirlo, más lo estoy yo. Los aventajo en fatigas, en encarcelamientos, en las muchas palizas recibidas, en tantas veces como he estado al borde de la muerte.


Pues si lo que es instrumento de condenación estuvo rodeado de gloria, ¿no lo estará mucho más lo que es instrumento de salvación?


Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno.


Su paradero es la perdición; su dios, el vientre; su orgullo, aquello que debería avergonzarlos; su pensamiento, las cosas terrenas.


En su ambición querrán, con palabras engañosas, utilizaros a vosotros como objetos de compraventa; pero hace tiempo que está dictada su condena, y pronta para consumarse su ruina.


Y es que entre vosotros se han infiltrado solapadamente algunos individuos cuya condenación está anunciada en las Escrituras desde hace mucho tiempo; son gente impía que confunde la gracia de Dios con el libertinaje y que reniega de Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.


Con esos prodigios que se le había permitido hacer en presencia de la bestia, engañaba a los habitantes de la tierra animándolos a erigir una imagen en honor de aquella bestia que estuvo herida de muerte y revivió.


Era una bestia parecida a un leopardo, si bien sus patas eran como de oso y sus fauces como de león. El dragón le dio su fuerza, su imperio y su inmenso poderío.


Su rey es el ángel del abismo, llamado en hebreo Abadón, y en griego Apolión.


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