2 Corintios 10:6 - La Palabra (versión española)

⁶ y estoy preparado para castigar cualquier rebeldía una vez que vuestra obediencia sea perfecta.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁶ y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ y una vez que ustedes lleguen a ser totalmente obedientes, castigaremos a todo el que siga en desobediencia.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia en cuanto contemos con la total obediencia de ustedes.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ estando dispuestos a castigar° toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea completa.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeldía, cuando se haya logrado vuestra sumisión.

2 Corintios 10:6 Referans Kwoze

Romanos 2:23

¿Por qué presumes de la ley, tú, que afrentas a Dios al no cumplirla?

1 Corintios 4:21

¿Qué preferís: que vaya vara en mano o con amor y espíritu apacible?

2 Corintios 13:10

Por eso os escribo en estos términos estando ausente, para que, cuando esté presente, no me vea obligado a proceder con dureza, utilizando un poder que el Señor me ha confiado para construir y no para derribar.

2 Corintios 13:2

Lo dije entonces, cuando me hice presente entre vosotros por segunda vez, y lo repito ahora estando ausente: si vuelvo de nuevo trataré sin miramientos tanto a los culpables de otro tiempo como a todos los demás.

2 Corintios 2:9

Precisamente os escribí para comprobar si estabais dispuestos a obedecerme sin reservas.

2 Corintios 7:15

Cada vez que recuerda el profundo respeto con que lo acogisteis y la atención que todos le prestasteis, crece más y más el cariño que os tiene.

1 Timoteo 1:20

entre ellos están Himeneo y Alejandro a quienes he entregado al poder de Satanás a ver si aprenden a no injuriar a Dios.

3 Juan 1:10

Por eso, cuando yo vaya, le echaré en cara su conducta: sus palabras insidiosas contra mí y, por si esto fuera poco, su negativa a recibir a los hermanos. Hasta se atreve a prohibir a otros que los reciban, bajo la amenaza de expulsarlos de la Iglesia.