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1 Samuel 25:36 - La Palabra (versión española)

36 Cuando Abigail llegó adonde estaba Nabal, este estaba celebrando un banquete digno de un rey. Como estaba muy contento y completamente borracho, ella no le comentó nada hasta el amanecer.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

36 Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba completamente ebrio, por lo cual ella no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Cuando Abigail llegó a su casa, encontró a Nabal dando una gran fiesta digna de un rey. Estaba muy borracho, así que ella no le dijo nada sobre su encuentro con David hasta el amanecer del día siguiente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Cuando regresó Abigaíl, Nabal estaba sentado a la mesa en su casa para un banquete real. Nabal estaba muy alegre, completamente borracho, pero ella no le contó nada hasta la mañana siguiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que celebraba un banquete en su casa, como el banquete de un rey, y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba muy borracho, por lo cual ella no le informó ni poco ni mucho, hasta que amaneció.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Cuando Abigail volvió a casa de Nabal, éste estaba celebrando un festín regio en su casa, y su corazón estaba alegre, pues estaba embriagado en demasía, por lo que nada le dijo ella, ni poco ni mucho, hasta el clarear del alba.

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1 Samuel 25:36
27 Referans Kwoze  

Dos años después, cuando la gente de Absalón estaba de esquileo en Baal Jasor, cerca de Efraín, Absalón invitó a todos los hijos del rey.


Absalón ordenó a sus criados: —Fijaos bien: cuando Amnón se ponga alegre con el vino y yo os ordene que lo ataquéis, lo matáis. No tengáis miedo, pues soy yo quien os lo ordeno. Tened ánimo y valor.


Cuando Abner, escoltado por veinte hombres, llegó a Hebrón para hablar con David, este les ofreció un banquete a él y a sus acompañantes.


Al mediodía hicieron una salida, mientras Benadad seguía emborrachándose en el campamento con los treinta y dos reyes aliados.


Feliz quien se apiada y presta, quien atiende sus asuntos con justicia,


Pendenciero es el vino y agresivo el alcohol, quien se pierde en ellos no llegará a sabio.


Para divertirse se celebran banquetes, el vino alegra la vida y el dinero todo lo arregla.


Será aplastada bajo sus pies la hermosa corona de los ebrios de Efraín.


¡Ay de los que ya de madrugada andan en busca de licores, y siguen así hasta el ocaso, hasta que el vino los enchispa!


Emborracharé a sus nobles, a sus sabios y gobernantes, a sus magistrados y soldados; dormirán un sueño eterno del que no despertarán —oráculo del rey que se llama Señor del universo.


La prostitución, el mosto y el vino le han hecho perder el seso:


Embotados como están en su embriaguez, serán consumidos como hojarasca, como una maraña de espinos.


Mirad, os envío como ovejas en medio de lobos. Por eso, sed astutos como serpientes, aunque también inocentes como palomas.


Dirigiéndose luego al que lo había invitado, le dijo: —Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, a tus hermanos, a tus parientes o a tus vecinos ricos, porque después ellos te invitarán a ti y quedarás así recompensado.


Estad atentos y no dejéis que os esclavicen el vicio, las borracheras o las preocupaciones de esta vida, con lo que el día aquel caería por sorpresa sobre vosotros.


Comportémonos con el decoro de quien vive en pleno día: nada de orgías ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de contiendas ni envidias.


y lo que queda al descubierto, se convierte, a su vez, en luz. Por eso se dice: «Despierta tú que estás dormido, levántate de la muerte, y te iluminará Cristo».


Y no os emborrachéis, pues el vino conduce al libertinaje; llenaos, más bien, del Espíritu,


y ordenó a sus criados: —Id vosotros delante, que yo os seguiré. Sin decirle nada a su marido Nabal,


A la mañana siguiente, cuando a Nabal se le había pasado la borrachera, su esposa le contó todo lo sucedido. Entonces le falló el corazón y se quedó de piedra.


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