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1 Samuel 23:4 - La Palabra (versión española)

4 David volvió a consultar al Señor, y el Señor le respondió: —Marcha hacia Queilá, porque voy a poner a los filisteos en tus manos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces David volvió a consultar a Jehová. Y Jehová le respondió y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues yo entregaré en tus manos a los filisteos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Así que David consultó de nuevo al Señor, y de nuevo el Señor respondió: «Desciende a Keila, porque yo te ayudaré a conquistar a los filisteos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 David consultó de nuevo a Yavé y éste le respondió: 'Levántate, baja a Queila porque yo he puesto a los filisteos en tus manos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 De nuevo David consultó a YHVH, y YHVH le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues entregaré a los filisteos en tu mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 David consultó de nuevo a Yahveh, y Yahveh le respondió: 'Parte y baja a Queilá, porque yo voy a entregar a los filisteos en tus manos'.

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1 Samuel 23:4
14 Referans Kwoze  

Después de esto, David consultó al Señor: —¿Puedo ir a alguna ciudad de Judá? El Señor le contestó: —Sí. David preguntó: —¿A cuál debo ir? Y el Señor respondió: —A Hebrón.


Entonces David consultó al Señor: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Me los vas a entregar? El Señor le respondió: —Atácalos, que yo los pondré en tus manos.


Y por si esto no fuera suficiente, el Señor entregará a Moab en vuestro poder


Entonces David consultó a Dios: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Me los vas a entregar? El Señor le respondió: —Atácalos, que yo los pondré en tus manos.


Entonces vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad; es el Señor, vuestro Dios, quien os la entregará.


Gedeón dijo a Dios: —No te enojes contra mí si me atrevo a hablarte otra vez. Déjame, por favor, que haga una última prueba con el vellón: que solo el vellón permanezca seco y que el rocío empape todo el suelo alrededor.


Entonces el Señor dijo a Gedeón: —Con los trescientos hombres que han lamido el agua os salvaré, y pondré a Madián en tus manos. Que todos los demás regresen a su casa.


Aquella noche el Señor dijo a Gedeón: —¡Ánimo!, baja al campamento, porque lo he puesto en tus manos.


Entonces volvieron a consultar al Señor: —¿Pero está aquí ese hombre? El Señor respondió: —Está escondido entre el equipaje.


David consultó al Señor: —¿Puedo ir a atacar a esos filisteos? El Señor le respondió: —Sí, derrota a los filisteos y libera Queilá.


Pero sus hombres le dijeron: —Mira, si aquí en Judá vivimos atemorizados, cuánto más si vamos a Queilá a luchar contra las huestes filisteas.


Entonces David y sus hombres marcharon hacia Queilá, atacaron a los filisteos, les infligieron una dura derrota y se llevaron sus ganados. Así salvó David a los habitantes de Queilá.


Entonces consultó al Señor, pero el Señor no le respondió ni por los sueños, ni por las suertes ni por los profetas.


y David consultó al Señor: —¿Puedo perseguir a esa banda? ¿Los alcanzaré? El Señor le respondió: —Persíguela, porque los alcanzarás y liberarás a los prisioneros.


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