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1 Samuel 20:8 - La Palabra (versión española)

8 Hazme este favor por el pacto sagrado que sellaste conmigo. Ahora bien, si crees que soy culpable, mátame tú mismo sin aguardar a entregarme a tu padre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en pacto de Jehová contigo; y si hay maldad en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Muéstrame la lealtad de quien juró ser mi amigo —porque hicimos un pacto solemne delante del Señor— o mátame tú mismo si he pecado contra tu padre. ¡Pero te ruego que no me traiciones entregándome a él!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ya que tú hiciste un pacto conmigo en nombre de Yavé, te pido en base a esa amistad que si hay en mí algún pecado, mejor me mates. ¿Para qué me llevarías donde tu padre?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Así pues, trata con misericordia a tu siervo, pues has concertado con tu siervo un pacto de YHVH. Y si hay alguna iniquidad en mí, mátame tú mismo, ¿por qué me habrás de llevar ante tu padre?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Ten benevolencia con tu siervo, ya que con un pacto de Yahveh has ligado a tu siervo contigo. Si hay en mí algún delito, matame tú mismo. ¿Para qué me has de entregar a tu padre?'.

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1 Samuel 20:8
16 Referans Kwoze  

Ahora pues, decidme si vais a mostrar lealtad y fidelidad a mi amo; y si no, decídmelo también, para que pueda actuar en consecuencia.


Vivía ya Israel sus últimos días, cuando mandó llamar a su hijo José y le dijo: —Si de verdad me quieres, pon tu mano debajo de mi muslo y júrame que harás lo que te voy a pedir: ¡Por favor, no me entierres en Egipto!


Y Absalón le respondió: —Mira, te he mandado llamar para que vinieras y fueras a decirle al rey: «¿Para qué he vuelto de Guesur? ¡Era preferible seguir allí!». Ahora, quiero ver al rey y, si soy culpable, que me mate.


Llegaron también al refugio, con David, algunos de Benjamín y de Judá.


En mi turbación exclamaba: «Todos los humanos mienten».


Que el amor y la verdad no se separen de ti: átalos a tu cuello, grábalos en tu corazón;


Si verdaderamente soy culpable y he cometido alguna acción que me haga reo de muerte, no me niego a morir. Pero si los cargos que se me hacen carecen de fundamento, nadie puede entregarme a los judíos. Apelo, pues, al emperador.


Aquellos hombres le respondieron: —Nuestra vida a cambio de la vuestra, siempre que no nos denunciéis. Cuando el Señor nos haya entregado la tierra, te trataremos a ti con benevolencia y lealtad.


—El Dios de los dioses, el Señor, lo sabe bien, y debe saberlo también Israel. Si nos hemos rebelado contra el Señor o le hemos sido infieles, que no nos perdone hoy.


Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: —Andad y volveos a vuestra casa materna. Que el Señor os trate con la misma bondad que vosotras habéis demostrado con los difuntos y conmigo


Cuando David acabó de hablar con Saúl, Jonatán y David se hicieron amigos íntimos, pues Jonatán lo quería como a sí mismo.


Jonatán y David sellaron un pacto, pues Jonatán lo quería como a sí mismo.


Jonatán selló un pacto con la familia de David, diciendo: —¡Que el Señor pida cuentas a los enemigos de David!


Jonatán le dijo: —¡De ninguna manera! Si compruebo que mi padre ha decidido tu desgracia, te lo haré saber.


Luego los dos sellaron un pacto ante el Señor. David se quedó en Jorés y Jonatán volvió a su casa.


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