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1 Reyes 6:1 - La Palabra (versión española)

1 El año cuatrocientos ochenta de la salida de los israelitas de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, es decir, el segundo mes, Salomón comenzó a construir el Templo del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Fue a mediados de la primavera, en el mes de zif, durante el cuarto año de su reinado, que Salomón comenzó a construir el templo del Señor. Habían pasado cuatrocientos ochenta años desde el día en que el pueblo de Israel fue rescatado de su esclavitud en la tierra de Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El año 480 después de la salida de los israelitas de Egipto, el cuarto año del reinado de Salomón en Israel, el segundo mes, el mes de Ziv, comenzó la obra de la Casa o Templo de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En el año cuatrocientos ochenta después de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, que es el mes segundo,° aconteció que él comenzó a edificar la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año cuatrocientos ochenta después de la salida de los israelitas del país de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de ziv, es decir, el segundo mes, Salomón comenzó a edificar el templo de Yahveh.

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1 Reyes 6:1
26 Referans Kwoze  

El Templo que el rey Salomón construyó al Señor tenía treinta metros de largo, diez de ancho y quince de alto.


En el año cuarto, en el mes de Ziv, se pusieron los cimientos del edificio,


Da a mi hijo Salomón un corazón íntegro para poner en práctica todos tus mandatos, leyes y preceptos y para edificar el Templo que te he preparado.


Descendientes de Elcaná: Amasay y Ajimot,


Estas son las dimensiones que Salomón dio a los cimientos del Templo, en medida antigua: treinta metros de largo por diez de ancho.


Y nos han respondido: «Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra. Reconstruimos el Templo que un gran rey de Israel construyó y finalizó hace muchos años.


Erigió su santuario como el cielo, como la tierra que asentó para siempre.


Y justo en el mismo día en que se cumplían los cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos del Señor salieron de Egipto.


Y aquel mismo día, el Señor sacó de Egipto a los israelitas como un ejército en orden de batalla.


Después me introdujo en la nave del Templo y midió las pilastras: cada una medía tres metros de espesor.


Subid al monte, traed madera y reconstruid el Templo; yo me complaceré en él y seré glorificado, dice el Señor.


Vendrá gente de lejos a trabajar en la reconstrucción del Templo del Señor y tendréis que reconocer que el Señor del universo me ha enviado a vosotros. Todo esto se cumplirá si obedecéis puntualmente al Señor, vuestro Dios.


En el primer día del segundo mes, en el segundo año de la salida del país de Egipto, el Señor se dirigió a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del encuentro, y le dijo:


y aniquiló siete naciones en el territorio de Canaán con el fin de entregárselo como herencia a los israelitas.


Sin embargo, fue Salomón quien lo construyó;


¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que habita en vosotros? Ya no sois los dueños de vosotros mismos.


¿Puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios viviente. Así lo ha dicho Dios mismo: Habitaré y caminaré en medio de ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Que él sea cimiento y raíz de vuestra vida; manteneos firmes en la fe, según lo que aprendisteis, y vivid en incesante acción de gracias.


que había puesto su esperanza en una ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.


Pero Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Y siendo el suyo un santuario mayor y más valioso, no fabricado por manos humanas y por tanto no perteneciente al mundo creado,


también vosotros, como piedras vivas, os vais construyendo como templo espiritual para formar un sacerdocio consagrado que, por medio de Jesucristo, ofrezca sacrificios espirituales y agradables a Dios.


Hace ya trescientos años que Israel está establecido en Jesbón y en sus aldeas, en Aroer y en sus aldeas y en todos los poblados que están a ambos lados del Arnón, ¿cómo es que no lo habéis recuperado en todo ese tiempo?


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