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1 Reyes 13:7 - La Palabra (versión española)

7 Luego el rey le dijo: —Acompáñame a palacio a comer algo, que quiero hacerte un regalo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Después el rey dijo al hombre de Dios: —Ven al palacio conmigo, come algo y te daré un regalo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El rey dijo entonces al hombre de Dios: 'Ven conmigo a mi casa, recupera tus fuerzas y te daré un regalo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a la casa, y susténtate, y te daré un presente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Dijo entonces el rey al varón de Dios: 'Ven conmigo a mi casa para tomar un bocado, y además te haré un regalo'.

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1 Reyes 13:7
10 Referans Kwoze  

Ya que me habéis honrado con vuestra visita, permitidme que vaya a buscar algo de comer para que repongáis fuerzas antes de seguir vuestro camino. Ellos respondieron: —Bien, haz lo que dices.


Llévale diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y preséntate a él, pues él te dirá lo que le sucederá al niño.


Luego volvió con toda su comitiva a ver al profeta. Al llegar, se presentó ante él y le dijo: —Ahora reconozco que en toda la tierra no hay más Dios que el de Israel. Te ruego, pues, que aceptes un regalo de tu servidor.


Al ver que Jeremías no se decidía, añadió: —Regresa junto a Godolías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá. Quédate con él y haz vida normal entre tus paisanos; o vete donde te parezca bien. El jefe de la guardia le dio provisiones y regalos, y lo dejó marchar.


¡Ojalá alguien entre vosotros cerrara las puertas [del Templo] para que no encendierais mi altar inútilmente! Vosotros no me agradáis —dice el Señor del universo—, ni me complace la ofrenda de vuestras manos.


apacentad el rebaño de Dios confiado a vuestro cargo; velad sobre él, no a la fuerza o por una rastrera ganancia, sino gustosamente y con generosidad, como Dios quiere;


Manóaj dijo entonces al ángel del Señor: —Por favor, permanece un poco más con nosotros y te prepararemos un cabrito.


Lo llevó a su casa y echó pienso a los asnos. Ellos, por su parte, se lavaron los pies, comieron y bebieron.


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