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1 Pedro 1:19 - La Palabra (versión española)

19 sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha,

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Biblia Reina Valera 1960

19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 sino con la sangre preciosa del Mesías, como de un cordero sin mancha y sin defecto,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 sino con sangre preciosa, como de cordero sin defecto ni tara, la de Cristo,

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1 Pedro 1:19
31 Referans Kwoze  

El cordero deberá ser de un año, macho y sin ningún defecto. Podrá ser cordero o cabrito.


Como niebla disipé tus rebeldías, igual que una nube tus pecados. Vuelve a mí, que te he redimido.


Era maltratado, humillado, pero él no abría su boca: era como cordero arrastrado al sacrificio, como oveja que va a ser esquilada.


Han sido fijadas setenta semanas para que tu pueblo y tu ciudad santa pongan fin al delito, acaben con los pecados, expíen su culpa, establezcan una justicia eterna, sellen la visión y la profecía y consagren el lugar santísimo.


Si su ofrenda para el holocausto es de ganado menor, corderos o cabritos, ofrecerá un macho sin defecto alguno.


No ofrecerán nada defectuoso, porque no será aceptado.


¡Dirígete, espada, contra mi pastor, haz frente a mi ayudante! —oráculo del Señor del universo—. Hiere al pastor y se dispersará el rebaño; incluso a los más pequeños golpearé.


un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;


un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;


De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.


porque esto es mi sangre, con la que Dios confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos para perdón de los pecados.


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: —Ahí tenéis al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.


y, al ver a Jesús que pasaba por allí, dijo: —Ahí tenéis al Cordero de Dios.


Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el que os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes. Pastoread la Iglesia que el Señor adquirió con el sacrificio de su propia vida.


a quien Dios ha hecho, para quienes creen en su muerte, instrumento de perdón. Así, cuando perdonó los pecados cometidos en el pasado, puso de manifiesto su justicia,


Con la muerte de su Hijo, y en virtud de la riqueza de su bondad, Dios nos libera y nos perdona los pecados.


del que nos viene la liberación y el perdón de los pecados.


A vosotros, objeto del designio amoroso de Dios Padre y consagrados por medio del Espíritu para que obedezcáis a Jesucristo y seáis purificados con su sangre, os deseo gracia y paz en abundancia.


También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida.


Pero, si vivimos de acuerdo con la luz, como él vive en la luz, entonces vivimos unidos los unos con los otros y la muerte de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.


Porque Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino también los del mundo entero.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los resucitados y el dominador de todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha liberado con su muerte de nuestros pecados,


Volví a mirar, y vi al Cordero de pie sobre el monte de Sion. Lo acompañaban los ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.


los de palabras sinceras y de conducta intachable.


Vi entonces, en medio, un Cordero que estaba entre el trono, los cuatro seres vivientes y los ancianos. Estaba en pie y mostraba señales de haber sido degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.


Y cantaban a coro este cántico nuevo: —Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación,


Yo le respondí: —Mi Señor, tú eres quien lo sabe. Él me dijo: —Estos son los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.


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