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1 Corintios 3:8 - La Palabra (versión española)

8 Y entre el oficio de plantar o el de regar no hay diferencia, si bien cada uno recibirá el salario en proporción a su trabajo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El que planta y el que riega están en la misma situación, y Dios pagará a cada uno según su trabajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y el que planta y el que riega son una sola cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El que planta y el que riega son una misma cosa; eso sí, cada uno recibirá el salario a la medida de su trabajo.

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1 Corintios 3:8
25 Referans Kwoze  

y tuyo el amor, mi Señor; que tú pagas a cada uno como merecen sus obras.


Quien cuida una higuera come su fruto, quien vela por su amo recibe honores.


Los sabios brillarán como el resplandor del cielo, y los que convirtieron a otros a la justicia lucirán como las estrellas para siempre.


El Hijo del hombre ya está a punto de venir revestido de la gloria de su Padre y acompañado de sus ángeles. Cuando llegue, recompensará a cada uno conforme a sus hechos.


También a este le contestó el rey: «Igualmente a ti te encomiendo el gobierno de cinco ciudades».


y pague a cada uno según su merecido:


Por tanto, hermanos míos muy queridos, manteneos firmes y constantes; destacad constantemente en la tarea cristiana, seguros de que el Señor no permitirá que sea estéril vuestro afán.


Aquel cuyo edificio, levantado sobre el cimiento, se mantenga firme, será premiado;


Así que ni el que planta ni el que riega cuentan para nada; Dios, que hace crecer, es el que cuenta.


Nosotros somos colaboradores de Dios; vosotros sois el campo que Dios cultiva, la casa que Dios edifica.


Porque maestros en la fe en Cristo Jesús podéis tenerlos a millares, pero padres, no; he sido yo quien os ha engendrado para la fe mediante el evangelio.


¿Cuándo se ha visto a un soldado hacer la guerra a costa de sus propios bienes? ¿Quién planta una viña y no come de sus frutos? ¿Quién apacienta un rebaño y no se alimenta de su leche?


Que cada uno examine su propia conducta y sea la suya, sin compararla con la del prójimo, la que le proporcione motivos de satisfacción,


pues cada uno debe llevar su propia carga.


Porque no es injusto Dios como para olvidarse de vuestros afanes y del amor que, en atención a él, habéis derrochado y seguís derrochando al servicio de los creyentes.


Y el día en que se manifieste el Pastor supremo recibiréis el premio imperecedero de la gloria.


Estad, pues, alerta para que no echéis a perder el fruto de vuestro esfuerzo y recibáis completa vuestra paga.


En cuanto a sus hijos, los heriré de muerte, para que todas las iglesias sepan que yo soy el que sondea las conciencias y los corazones y el que dará a cada uno de vosotros según su merecido.


Estoy a punto de llegar y voy a recompensar a cada uno conforme a su conducta.


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