1 Corintios 10:32 - La Palabra (versión española)

³² Pero no seáis ocasión de pecado para nadie, ya se trate de judíos, de paganos o de miembros de la Iglesia de Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³² No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios;

Biblia Nueva Traducción Viviente

³² No ofendan a los judíos ni a los gentiles ni a la iglesia de Dios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³² No den escándalo ni a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios.

La Biblia Textual 3a Edicion

³² No ofendáis ni a judíos, ni a griegos,° ni a la iglesia de Dios;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³² No seáis motivo de tropiezo ni a judíos, ni a griegos, ni a la iglesia de Dios.

1 Corintios 10:32 Referans Kwoze

Hechos 20:28

Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño sobre el que os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes. Pastoread la Iglesia que el Señor adquirió con el sacrificio de su propia vida.

Hechos 24:16

Por esta razón me esfuerzo en guardar siempre limpia mi conciencia ante Dios y ante los hombres.

Romanos 14:13

Por tanto, dejemos ya de criticarnos unos a otros. Proponeos, más bien, no ser para el hermano ocasión o motivo de pecado.

1 Corintios 1:2

a la Iglesia de Dios reunida en Corinto. A vosotros que, consagrados por Cristo Jesús, habéis sido elegidos por Dios para ser su pueblo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor suyo y nuestro.

1 Corintios 10:33

Ya veis que yo procuro dar completa satisfacción a todos, y no busco mi propio provecho, sino el de todos los demás, a fin de que se salven.

1 Corintios 11:22

¿Pero es que no tenéis vuestras casas para comer y beber? ¡Ya se ve que apreciáis bien poco la asamblea cristiana y que no os importa poner en evidencia a los más pobres! ¿Qué esperáis que os diga? ¿Acaso que os felicite? ¡Pues no es precisamente como para felicitaros!

1 Corintios 12:28

Es Dios quien ha asignado en la Iglesia un puesto a cada uno: en primer lugar están los apóstoles; en segundo lugar, los profetas; en tercer lugar, los encargados de enseñar; vienen después los que tienen el don de hacer milagros, de realizar curaciones, de asistir a los necesitados, de presidir la asamblea, de hablar un lenguaje misterioso.

1 Corintios 15:9

que soy el más pequeño entre los apóstoles y que no merezco el nombre de apóstol, por cuanto perseguí a la Iglesia de Dios.

1 Corintios 7:17

Fuera de este caso, que cada uno viva según el don que haya recibido del Señor y en el estado en que se encontraba cuando Dios lo llamó a la fe. Es la norma que doy en todas las iglesias.

1 Corintios 8:13

Por eso, si tomar un alimento va a ser ocasión de pecado para mi hermano, jamás tomaré ese alimento, para no dar a mi hermano ocasión de pecar.

2 Corintios 1:1

Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto y a todos los creyentes de la entera provincia de Acaya.

2 Corintios 6:3

En cuanto a nosotros, procuramos no dar a nadie motivos para desacreditar nuestro ministerio.

Gálatas 1:13

Ya conocéis mi antigua conducta, cuando aún militaba en las filas del judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios intentando aniquilarla.

Filipenses 1:10

de manera que podáis discernir lo que es valioso, os conservéis limpios e irreprochables en espera del día del Señor,

Filipenses 3:6

apasionado perseguidor de la Iglesia y del todo irreprochable en lo que se refiere al recto cumplimiento de la ley.

1 Tesalonicenses 2:14

En efecto, hermanos, también vosotros habéis compartido la suerte de las iglesias de Dios que se hallan en Judea congregadas en nombre de Jesús: a vosotros os han hecho sufrir vuestros compatriotas; y a ellos, los judíos,

1 Timoteo 3:15

Por si me retraso, quiero que sepas cómo debes comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.

1 Timoteo 3:5

pues quien no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios?

Rut 3:14

Ella durmió a sus pies hasta la mañana y se levantó antes de que pudiese ser reconocida, pues él había dicho: —Que nadie sepa que esta mujer ha venido a la era.