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1 Corintios 1:8 - La Palabra (versión española)

8 Él será quien os mantenga firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros el día de nuestro Señor Jesucristo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Él los mantendrá firmes hasta el final, para que estén libres de toda culpa el día que nuestro Señor Jesucristo vuelva.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El los mantendrá firmes hasta el fin, para que estén sin tacha el día en que venga Cristo Jesús, nuestro Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 el cual también os sostendrá hasta el fin, para ser hallados° irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesús.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 quien también os mantendrá firmes hasta el final para que lleguéis sin reproche al día de nuestro Señor Jesucristo.

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1 Corintios 1:8
29 Referans Kwoze  

el poder del malvado se desvanece, mientras el Señor protege a los justos.


Porque el Señor ama el derecho y no abandona a sus fieles; en todo momento los protege y extermina el linaje de los malvados.


porque el Hijo del hombre, en el día de su venida, será como un relámpago que ilumina el cielo de un extremo a otro.


Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre.


¿Quién eres tú para erigirte en juez de alguien que no está bajo tu dominio? Que se mantenga en pie o que caiga es algo que incumbe solamente a su amo. Y no cabe duda de que se mantendrá en pie, pues le sobra poder al Señor para mantenerlo.


Al que tiene poder para consolidaros en la fe de acuerdo con el evangelio que anuncio y la proclamación que hago de Jesucristo, a quien ha revelado su plan secreto mantenido durante siglos oculto,


La creación, en efecto, espera con impaciencia que se nos descubra lo que serán los hijos de Dios.


El día del Señor pondrá de manifiesto el valor de lo que cada uno haya hecho, pues ese día vendrá con fuego, y el fuego pondrá a prueba la consistencia de lo que cada uno haya hecho.


he decidido dejar a ese individuo a merced de Satanás, a ver si queda destruida su condición pecadora y él, animado por el Espíritu, se salva en el día del Señor.


No hay, pues, segundas intenciones en mis cartas. Y espero que comprendáis del todo


lo que ya en parte habéis comprendido, a saber, que el día en que Jesús, nuestro Señor, se manifieste, vosotros seréis motivo de orgullo para nosotros y nosotros lo seremos para vosotros.


Dios es, por lo demás, quien nos mantiene, tanto a mí como a vosotros, firmemente unidos a Cristo. Dios nos consagró,


Se preparó así una Iglesia radiante, sin mancha, ni arruga, ni nada semejante; una Iglesia santa e inmaculada.


de manera que podáis discernir lo que es valioso, os conservéis limpios e irreprochables en espera del día del Señor,


Y estoy seguro de que Dios, que ha comenzado en vosotros una labor tan excelente, la llevará a feliz término en espera del día de Cristo Jesús.


Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, Dios ha hecho la paz con vosotros para admitiros en su presencia como a pueblo consagrado, sin mancha y sin tacha.


Que él sea cimiento y raíz de vuestra vida; manteneos firmes en la fe, según lo que aprendisteis, y vivid en incesante acción de gracias.


Que os haga, en fin, interiormente fuertes e irreprochables en cuanto consagrados a Dios, nuestro Padre, para el día en que Jesús, nuestro Señor, se manifieste acompañado de todos sus elegidos.


Sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche.


que no perdáis demasiado pronto la cabeza, ni os dejéis impresionar por revelaciones, por rumores o por alguna carta supuestamente nuestra en el sentido de que el día del Señor es inminente.


¡Pero el Señor es fiel! Él os hará fuertes y os librará del maligno.


Por su causa soporto todas estas penalidades. Pero no me avergüenzo; sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que tiene poder para proteger hasta el día del juicio la enseñanza que me ha confiado.


Y tú sabes mejor que nadie los buenos servicios que me prestó en Éfeso; que el Señor le conceda su misericordia el día del juicio.


Y Dios, fuente de todo bien, que os ha llamado a compartir con Cristo su gloria eterna, después de estos breves padecimientos, os restablecerá, os confirmará, os fortalecerá y os colocará sobre una base inconmovible.


Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. Entonces los cielos se derrumbarán con estrépito, los elementos del mundo quedarán pulverizados por el fuego y desaparecerá la tierra con cuanto hay en ella.


Por tanto, queridos, en espera de tales acontecimientos, esforzaos por vivir en paz con Dios, limpios e intachables.


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