Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Tito 2:14 - Biblia Lenguaje Básico

14 Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados, haciendo de nosotros su pueblo, un pueblo deseoso de hacer el bien.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Él dio su vida para liberarnos de toda clase de pecado, para limpiarnos y para hacernos su pueblo, totalmente comprometidos a hacer buenas acciones.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 que se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo, dedicado a toda obra buena.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad° y purificar para sí un pueblo de su propia posesión,° celoso de buenas obras.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.

Gade chapit la Kopi




Tito 2:14
54 Referans Kwoze  

También ha enviado a su ángel para librarme de muchos peligros. Yo le pido que bendiga a estos dos muchachos. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre, el de mi abuelo Abrahán y el de mi padre Isaac. Que su descendencia se multiplique sobre la tierra.


¡Dios salvará a Israel de todos sus pecados!


¡Nuestro Dios eligió a Israel para que fuera su propiedad!


Terror y espanto cayó sobre ellos, tu gran poder los dejó inmóviles como piedras hasta que pasó, oh Dios, el pueblo que tú habías elegido.


Habéis rendido culto a los ídolos, pero yo me olvidaré de vuestras maldades; las limpiaré con agua pura.


Nunca más volverán los israelitas a contaminarse con los ídolos; no volverán a cometer acciones odiosas. Yo los limpiaré de sus pecados y no dejaré que vuelvan a serme infieles. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


En ese año quedará en libertad, y junto con sus hijos podrá volver a vivir con sus parientes, en su propio terreno.


Cuando llegue, se sentará a borrar los pecados de los descendientes de Leví, como si purificara oro y plata en el fuego. Así ellos podrán presentar como es debido las ofrendas de la gente de Judá y de Jerusalén. Las presentarán como a mí me agrada, como lo hacían en tiempos antiguos.


Se trata de un pacto según el cual tanto él como sus descendientes serán siempre mis sacerdotes, por haber salido en defensa de su Dios y haber obtenido el perdón para los israelitas.


Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados.


Yo mismo, el Hijo del hombre, soy así. No he venido a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. He venido para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo daré mi vida.


El que viene después de mí separará a los buenos de los malos. A los buenos los pondrá a salvo, pero a los malos los echará en un fuego que nunca se apaga.


Y así como el Padre me conoce, yo le conozco a él y estoy dispuesto a dar la vida por mis seguidores.


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo para que quien coma de él viva para siempre. Y el pan que yo voy a dar es mi propio cuerpo entregado para que el mundo tenga vida eterna.


Simón Pedro nos ha contado cómo Dios, desde un principio, eligió a los que no son judíos para que también ellos formaran parte de su pueblo.


En efecto, Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también a ellos les perdonó sus pecados cuando creyeron en Jesús.


Debéis cuidaros a vosotros mismos y cuidar a los miembros de la Iglesia. Recordad que el Espíritu Santo os puso como líderes para que cuidéis de la Iglesia que Dios salvó por medio de la muerte de su propio Hijo.


En Jope vivía una discípula de Jesús llamada Tabita. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela». Tabita se dedicaba a los demás y ayudaba mucho a los necesitados.


Jesucristo entregó su vida para que Dios perdonara nuestros pecados y nos librara de este mundo malvado. ¡Así lo ha dispuesto Dios, nuestro Padre,


y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a la fe que he puesto en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.


Pero Cristo se hizo por nosotros maldito y así nos libró de la maldición que cae sobre el que no obedece la ley. Porque la Escritura dice: «Dios maldecirá a cualquiera que muera colgado de un madero».


Por medio de Cristo, Dios nos eligió desde un principio para que fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo había decidido Dios, que siempre lleva a cabo sus planes según su libre decisión.


Nosotros somos creación de Dios. Por nuestra unión con Jesucristo nos creó para que vivamos haciendo el bien, lo que Dios ya había planeado de antemano.


Debéis amar a los demás, como Cristo nos amó y se entregó a la muerte por nosotros como si fuera una ofrenda y un sacrificio de aroma agradable que se hace a Dios.


sois el pueblo que Dios eligió de entre todos los pueblos de la tierra y le pertenecéis.


Vuestro Dios ha cumplido su promesa anunciando que vosotros sois su pueblo y que deberéis obedecerlo en todo.


Cuando Dios os rescató y os sacó de Egipto, lo hizo para convertiros en su propio pueblo como efectivamente lo sois.


Vosotros sois un pueblo apartado especialmente para Dios. Él os eligió de entre todas las naciones del mundo, para que fuerais el pueblo de su propiedad.


Esta es una enseñanza que todos deben aceptar: que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen, ¡y yo soy el mayor pecador de todos! Pero Dios fue misericordioso conmigo, demostrando así la gran generosidad que Jesucristo tuvo conmigo antes que ningún otro. Lo hizo para que otros sigan mi ejemplo y crean en Cristo para tener vida eterna.


Al contrario, que se adornen con sus buenas acciones, como se espera de las mujeres que se consideran creyentes.


Este Jesús dio su propia vida para salvar a todo el mundo, como así lo demostró en el tiempo señalado.


Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y compartir lo que tienen.


Tú mismo tienes que ser un buen ejemplo en todo. Enséñales a hacer el bien y, cuando lo hagas, hazlo con seriedad y honestidad.


Esto es verdad y quiero que insistas en enseñarlo, para que los que creen en Dios se dediquen con entusiasmo a practicar el bien. Estas cosas son buenas y ayudan a todos.


El Hijo de Dios nos muestra el poder y la grandeza de su Padre. El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre y mediante su palabra poderosa hace que el universo siga existiendo. El Hijo de Dios logró que Dios perdonara nuestros pecados y después subió al cielo para sentarse a la derecha del trono de su Padre.


Tratemos de ayudarnos unos a otros y procuremos amarnos y hacer el bien.


Pues si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de Cristo. Porque por medio del Espíritu, que vive para siempre, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha ni pecado. Su sangre nos purifica, para que estemos seguros de que hemos sido perdonados, y para que podamos dar culto a Dios, que vive para siempre.


Haceos amigos de Dios y él se hará vuestro amigo. ¡Pecadores, dejad de hacer el mal! Los que queréis portaros correctamente, debéis arrepentiros del mal que habéis hecho.


Porque Dios os libró de ese modo de vida tan poco provechoso que aprendisteis de vuestros antepasados. Y bien sabéis que, para liberaros, Dios no pagó con oro y plata, que son cosas que no duran;


Ahora obedecéis el verdadero mensaje de Dios y habéis suprimido todo lo que impide que os améis unos a otros como hermanos. Así que, amaos sinceramente unos a otros, con todo vuestro corazón y con todas vuestras fuerzas.


Portaos bien cuando estéis con gente que no cree en Dios. Así, aunque ahora esa gente hable mal de vosotros, como si fuerais unos malvados, luego verá el bien que hacéis y alabará a Dios el día en que él pida cuentas a todos.


Pero vosotros «sois miembros escogidos de la familia de Dios, sois sacerdotes y reyes, sois su pueblo. Para que anunciarais su grandeza», Dios mismo os sacó de la oscuridad del pecado y os hizo entrar en su luz maravillosa.


Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonar nuestros pecados. Él era bueno e inocente y sufrió por los pecadores para llevaros a Dios. Como hombre mortal, padeció la muerte, pero como espíritu volvió a la vida.


Pero si vivimos en la luz, como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.


Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.


Queridos hermanos, ¡nosotros ya somos hijos de Dios! Y aunque todavía no sabemos cómo seremos en el futuro, sí sabemos que, cuando Jesucristo vuelva otra vez, nos pareceremos a él, porque lo veremos como él es en realidad.


Y todos ellos cantaban un cántico nuevo que decía: —Solo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite