Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Sofonías 3:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 No aceptas consejos de nadie, ni permites que se te corrija; no me buscas ni confías en mí.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Nadie puede decirle nada; rechaza toda corrección. No confía en el Señor ni se acerca a su Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 No ha escuchado el llamado, no ha aceptado la corrección, no ha puesto su confianza en Yavé ni se ha acercado a su Dios.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 No escucha la voz ni recibe el consejo, no confía en YHVH ni se acerca a su Dios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 No escuchó la voz, no aceptó la corrección; no confío en Yahveh, no se acercó a su Dios.

Gade chapit la Kopi




Sofonías 3:2
30 Referans Kwoze  

Pero luego fueron desobedientes y se rebelaron contra ti; mataron a tus profetas que les invitaban a arrepentirse. ¡No obedecieron tu ley y te ofendieron gravemente!


El soberbio dice que Dios no existe ni le va a pedir cuentas de nada; eso es todo lo que piensa.


pues no quieres que te corrija ni tomas en cuenta mis palabras.


Pero yo estaré cerca de ti, que es lo que me hace feliz. Tú eres mi Dios y mi dueño, en ti encuentro protección; ¡por eso quiero contar todo lo que has hecho!


pues no confiaron en él ni creyeron que podría salvarlos.


Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero los que son necios rechazan la corrección y desprecian la sabiduría.


Han sido tan rebeldes, y los he castigado tanto, que ya no les queda un lugar sano: de pies a cabeza están cubiertos de heridas. Nadie se las ha curado ni vendado, nadie ha calmado sus dolores con aceite. ¡Se han quedado sin fuerzas!


Así dice Dios: Este pueblo dice que me ama, pero solo son palabras; me rinde culto, pero no es sincero; su corazón está muy lejos de mí.


¡Qué mal les va a ir a los que buscan ayuda en Egipto confiando en sus muchos caballos y en sus carros de guerra, pero no acuden para nada a Dios ni confían en el Santo de Israel!


Pero tú, pueblo de Israel, no me adoraste ni me honraste con tus sacrificios. Más bien, te cansaste de mí. Yo nunca te presioné para que me presentaras ofrendas;


El Dios todopoderoso castigó a su pueblo, pero este no se arrepintió, ni buscó su ayuda.


¡Eso es lo que os merecéis, ya que os olvidasteis de mí, y decidisteis confiar en dioses falsos!


De nada ha servido castigar a vuestros hijos, pues no aceptáis mis correcciones. ¡Todos vosotros, como leones feroces, disteis muerte a mis profetas!


Cuando os iba bien, os advertí del peligro, pero no me hicisteis caso. ¡Siempre habéis sido rebeldes!


Por más que yo he tratado de enseñarles y corregirlos, ellos no me han escuchado ni me han prestado atención; en lugar de seguirme, se han alejado de mí.


Por eso ahora os anuncio todos los castigos que enviaré sobre Judá y sobre todos los que viven en Jerusalén. Los voy a castigar porque no han prestado atención a mis palabras ni han obedecido mis mandamientos. Yo, el todopoderoso Dios de Israel, os aseguro que así será.


Pues bien, Dios de Israel, yo sé que tú buscas gente honesta; pero este pueblo es muy terco, es más duro que una roca y no ha querido arrepentirse. Por eso lo has castigado, pero parece que no le dolió; y aunque lo has aplastado, no ha querido hacerte caso.


—Ezequiel, hombre mortal, di de mi parte el siguiente mensaje a Jerusalén: Eres como una tierra sucia, castigada por ello con falta de lluvia.


Tú, Jerusalén, eres como una olla oxidada. Tienes tan pegado tu pecado, que aunque quise limpiarte no has quedado limpia. Solo quedarás limpia después de que te haya castigado.


Y voy a destruir igualmente a los que se han apartado de mí y jamás buscan mis consejos.


Todo lo que dicen las Escrituras está inspirado por Dios y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla y para mostrarle cómo debe vivir.


Por eso, mantengamos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en él. Porque Cristo nos ha purificado de todo pecado, lavando nuestro cuerpo con agua pura.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite