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Salmos 127:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Cántico de Salomón para las peregrinaciones. Si Dios no construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los que la construyen. Si Dios no vigila la ciudad, de nada sirve que se desvelen los que la vigilan.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Si el Señor no construye la casa en vano trabajan los albañiles; si el Señor no protege la ciudad, en vano vigila el centinela.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico gradual. Para Salomón. Si YHVH no edifica la Casa,° en vano trabajan los que la edifican, Si YHVH no guarda la ciudad, en vano vela la guardia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto gradual. De Salomón. Si no fuera el Señor quien construye la casa, inútilmente se afanan los canteros; si no fuera el Señor quien custodia la ciudad, inútilmente vigilan los guardianes.

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Salmos 127:1
35 Referans Kwoze  

Escribió tres mil proverbios y mil cinco poemas.


No olvides que Dios te eligió para construir su Templo. Por eso, ¡sé fuerte y ponte a trabajar!


Luego David dijo a su hijo Salomón: —Para llevar a cabo esta obra del Templo de Dios cuentas con las distintas clases de sacerdotes y levitas; están también a tu disposición obreros expertos en trabajos manuales, así como las autoridades de la nación y todo el pueblo en general. ¡Tú sé fuerte y decidido! ¡No tengas miedo ni te desanimes, porque Dios siempre estará contigo! Él no te dará la espalda ni te abandonará hasta que termines todo el trabajo en relación con la obra del Templo de Dios.


Te pido que des a mi hijo Salomón el profundo deseo de obedecer y poner en práctica todos tus mandamientos; también te pido que le permitas construir el Templo con estos materiales que yo he preparado».


Cántico para las peregrinaciones. Dios mío, cuando me siento angustiado, te llamo y tú me respondes.


Cántico para las peregrinaciones. Dirijo la mirada a los montes; ¿de dónde vendrá mi ayuda?


Cántico de David para las peregrinaciones. Siento una gran alegría cuando oigo que me dicen: «¡Vamos al Templo de Dios!».


Cántico para las peregrinaciones. Dios mío, te suplico a ti que habitas en el cielo. Como está pendiente el criado de su amo o la criada de su ama, así nosotros nos dirigimos a Dios para que nos tenga compasión.


Cántico de David para las peregrinaciones. Si Dios no nos hubiera ayudado, ¿qué habría sido de nosotros? ¡Todos en Israel lo sabemos!


Cántico para las peregrinaciones. Los que confían en Dios son como el monte Sion, que nadie puede moverlo y permanece firme para siempre.


Cántico para las peregrinaciones. Cuando Dios nos hizo volver de Babilonia a Jerusalén, creíamos estar soñando.


Salmo de Salomón. Dios mío, haz que el rey sea justo y que el hijo del rey actúe con tu misma rectitud.


En lo alto del monte Sion construyó su Templo: alto como los cielos, y firme para siempre, como la tierra.


El hombre planea su futuro, pero es Dios quien dirige su vida.


He podido contemplar también que en este mundo no son los más veloces los que ganan la carrera, ni tampoco son los más valientes los que ganan la batalla. No siempre los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes tienen mucho dinero, ni todo el mundo quiere a la gente bien preparada. En realidad, todos dependemos de un momento de suerte,


Me encontré con los guardias, que vigilaban la ciudad, y les pregunté si habían visto al amor de mi vida.


Me encontraron los guardias que vigilan la ciudad y me golpearon y me hirieron; los vigilantes de las murallas me quitaron el manto.


Dios la cuida y la riega, día y noche le da protección para que nadie le haga daño.


Los jefes de mi pueblo parecen vigilantes ciegos que no se dan cuenta de nada; son como perros mudos que no saben ladrar, son como gente perezosa que solo quiere dormir.


En tus murallas, Jerusalén, he puesto vigilantes que ni de día ni de noche permanecerán callados. Recordad sin descanso a Dios las promesas que os ha hecho.


¡Dad la señal de ataque y derribad las murallas de Babilonia! ¡Vigilad de cerca a los babilonios y hacedlos caer en la trampa! Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mis planes contra ellos.


Un mensajero tras otro llega corriendo y da al rey de Babilonia la noticia de que su ciudad ha sido del todo conquistada. El enemigo controla los puentes, los cañaverales están en llamas, todos los soldados babilonios están temblando de miedo.


Y si Cristo no resucitó, esta buena noticia que anunciamos no sirve para nada y de nada sirve tampoco que vosotros creáis en Cristo.


Así que lo importante no es quién anuncia la noticia ni quién la afianza; el único importante es Dios, que es quien hace que produzca fruto.


¡Me asusta el pensar que de nada haya servido todo lo que he hecho por vosotros!


Más bien, debéis recordar que fue Dios quien os dio todo eso, y que lo hizo para cumplir la promesa que dio a vuestros antepasados.


Al saber el rey de Jericó que unos israelitas habían llegado esa noche para explorar el país,


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