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Proverbios 6:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Hay gente mala y sinvergüenza que anda contando mentiras;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 El hombre malo, el hombre depravado, Es el que anda en perversidad de boca;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¿Cómo son las personas despreciables y perversas? Nunca dejan de mentir;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 El pillo, el marrullero, anda con risitas;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Hombre de Belial es el hombre inicuo, Que camina torciendo la boca,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 El hombre pernicioso y depravado va con la falsedad en su boca,

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Proverbios 6:12
26 Referans Kwoze  

El malvado presume de sí mismo, el ambicioso habla mal de Dios y lo desprecia.


Sus palabras ofenden y lastiman; solo hay en ellas engaño y maldad.


No quiero poner los ojos en la maldad que me rodea. No quiero nada con los malvados: ¡odio todo lo que hacen!


Está orgulloso de sí mismo, y no reconoce su maldad.


Cuando llega la noche, regresan gruñendo como perros y dan vueltas por la ciudad.


Los buenos dicen cosas agradables; las palabras del malvado son siempre ofensivas.


Cuando somos honrados, estamos a salvo del mal; pero a los que son desleales los pierde su propia ambición.


La persona malvada es un pozo de maldad, sus palabras queman como el fuego.


Quien te hace señas con los ojos y te hace muecas con la boca algo malo ha cometido contra ti.


El mentiroso cree al mentiroso y el malvado habla bien del malvado.


el mal no te alcanzará y los malvados no podrán contigo.


Dios no soporta a los malvados, pero es amigo de los buenos.


Evita decir cosas falsas, pronunciar palabras maliciosas.


Esa gente solo piensa hacer el mal, y siempre anda provocando riñas.


Respetar a Dios lleva consigo aborrecer la maldad. Yo aborrezco a la gente que es orgullosa y presumida, que nunca dice la verdad ni vive como es debido.


En una de las cestas había higos muy buenos, de los que maduran primero, pero en la otra cesta solo había higos podridos imposibles de comer.


Vosotros sois como las serpientes venenosas y, al ser malos, no podéis enseñar cosas buenas. Porque si alguien es bueno, siempre enseña cosas buenas, y si es malo, siempre enseña cosas malas.


Incluso algunos de los que ahora son seguidores de Jesús, comenzarán a enseñar doctrinas falsas, para arrastrar a otros a que los sigan.


Además, se vuelven ociosas y se acostumbran a andar de casa en casa trayendo y llevando chismes, metiéndose en asuntos ajenos y hablando de lo que no deben.


Por eso, dejad de hacer lo malo, pues ya hay mucha maldad en el mundo. Hacer el mal es como llenarse de suciedad por dentro. Más bien, recibid con humildad el mensaje que Dios os ha dado, un mensaje que tiene poder para salvaros.


Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego pues tienen poder para hacer mucho mal. Tenemos la lengua instalada en medio de nuestros miembros y, encendida por el poder del infierno, es capaz de arruinar toda nuestra vida.


Cuando Eliab, que era el hermano mayor de David, escuchó la conversación de David con los soldados, se enfadó muchísimo y dijo a David: —¿A qué has venido? ¿Con quién has dejado tu pequeño rebaño en el desierto? Conozco de sobra tu atrevimiento y tu malicia. Solo has venido a ver la batalla.


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