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Proverbios 24:15 - Biblia Lenguaje Básico

15 No tiendas trampas al honrado ni destruyas la casa donde vive,

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Biblia Reina Valera 1960

15 Oh impío, no aceches la tienda del justo, No saquees su cámara;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 No estés al acecho frente a la casa del justo ni ataques el lugar donde vive.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¡Malvado, déjate de tramar algo malo en contra de la casa del justo; no vayas a perturbar su descanso!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 ¡Oh impío!, no aceches la tienda del justo, Ni saquees su recámara,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 No aceches, impío, la casa del justo, no destruyas su morada;

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Proverbios 24:15
16 Referans Kwoze  

Dios mío, protégeme de esos malvados; protégeme de esos violentos, que solo quieren verme fracasar.


Los malvados espían a los buenos y buscan darles muerte,


Siempre interpretan mal mis palabras, y solo piensan en perjudicarme.


Sálvame de los que buscan mi mal; líbrame de esos asesinos.


Tal vez te digan: «Ven con nosotros, pongamos trampas mortales y asaltemos por diversión al inocente;


Mantén los límites de tus terrenos tal como los fijaron tus padres.


Mi pueblo vivirá en un lugar tranquilo y seguro.


Y yo parecía un manso cordero que es llevado al matadero, pues ni idea tenía de sus planes. Mis enemigos decían: «¡Vamos a destruirlo como se derriba a un árbol aunque aún tenga fruto! ¡Vamos a arrancarlo de la tierra de los vivos para que nadie vuelva a recordarlo!».


Todos se pusieron de acuerdo para poner una trampa a Jesús, apresarlo y matarlo.


Pero un sobrino de Pablo se dio cuenta de lo que planeaban y fue a la fortaleza para poner a Pablo al corriente de lo que tramaban con él.


También pidieron a Festo que les hiciera el favor de ordenar que Pablo fuera llevado a Jerusalén. Ellos planeaban matar a Pablo cuando viniera de camino a la ciudad.


pero alguien informó a Saulo de sus intenciones y aunque la entrada de la ciudad era vigilada de día y de noche, y habían puesto hombres dispuestos a matarle,


Cuando Saúl y su sirviente subían por la cuesta de la colina donde se encontraba el pueblo del vidente, se encontraron con unas muchachas que iban a sacar agua del pozo y les preguntaron: —¿Es aquí donde vive el vidente?


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