Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Oseas 5:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-2 ¡Escuchadme, sacerdotes! ¡Atiéndeme, pueblo de Israel! ¡Presta atención, casa del rey! Yo os voy a juzgar y a castigar porque habéis engañado a mi pueblo. Habéis hecho a Israel aún más rebelde y le habéis obligado a adorar a otros dioses en los santuarios de Mispá y del Tabor.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »Escuchen esto, ustedes sacerdotes. Presten atención, líderes de Israel. Escuchen, miembros de la familia real. Se ha pronunciado sentencia contra ustedes porque han llevado al pueblo a una trampa al rendirles culto a ídolos en Mizpa y en Tabor.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen esto, sacerdotes; estén atentos, jefes de Israel; presten atención los de la casa del rey, pues esta sentencia es para ustedes: Han sido como un lazo de cazador en Mispá y como una red tendida en el Tabor. Yo los voy a castigar a todos porque se han hundido hasta el cuello en la corrupción.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Oíd esto, sacerdotes! ¡Atended, oh casa de Israel! ¡Prestad oído, oh casa real! A vosotros afecta esta sentencia, Porque fuisteis lazo° en Mizpa, Red tendida° en el Tabor,

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor.

Gade chapit la Kopi




Oseas 5:1
29 Referans Kwoze  

Desde que los saqué de Egipto hasta el momento presente he estado advirtiendo a vuestros antepasados que me obedezcan.


Decid al rey y también a la reina madre que bajen de su trono y se sienten en el suelo, pues ya no tienen derecho a lucir sus hermosas coronas.


Los que vivís en Egipto, id preparando el equipaje porque seréis llevados prisioneros; la capital será incendiada y quedará en ruinas y sin gente. Os juro por mí mismo, yo que soy el único Rey y llevo por nombre el de Dios todopoderoso, que el enemigo que viene se parece al monte Tabor, que sobresale entre los montes; se parece al monte Carmelo, que domina sobre el mar.


Esto mismo os sucederá a vosotros, habitantes de Betel, porque es grande vuestra maldad. ¡Tan pronto como amanezca, el rey de Israel perderá la vida!


¡Te atacaré como una osa a la que se le quitan sus cachorros! Te desgarraré el vientre, te devoraré como si fuera una leona; como una fiera salvaje te haré pedazos.


Escuchad, israelitas, el mensaje de vuestro Dios: Yo tengo un pleito con vosotros, israelitas. Porque no sois sinceros ni amáis a vuestro prójimo. Todo el mundo mata y roba, miente y jura en falso, y no es fiel en su matrimonio. Por todos lados hay violencia y nadie conoce a Dios en el país.


En el camino que lleva al santuario de Siquén, los sacerdotes actúan como ladrones: se esconden para asaltar y matar a todos los que pasan por allí.


¡Poned mucha atención autoridades del pueblo y todos los que vivís en este país! Cuatro plagas de saltamontes han venido sobre nuestra tierra y han acabado con nuestras siembras. ¿Cuándo habéis visto algo parecido? Ni siquiera vuestros antepasados vieron en su vida algo parecido. Contádselo a vuestros hijos para que ellos, a su vez, se lo cuenten a sus nietos, bisnietos y tataranietos.


Escuchad, israelitas, esta palabra que Dios pronuncia contra vosotros, contra todo el pueblo al que Dios hizo salir de Egipto: De todos los pueblos de la tierra, solo a vosotros os elegí, solo a vosotros os saqué de Egipto. Por eso voy a haceros pagar toda la maldad que habéis cometido.


Destruiré los pequeños templos que se han construido los israelitas en las colinas, y declararé la guerra a la familia del rey Jeroboán.


¡Escuchadme, vosotros, jefes y gobernantes de Israel! ¡Deberíais hacer justicia, pero hacéis todo lo contrario! Preferís hacer lo malo, en lugar de hacer lo bueno. Maltratáis a mi pueblo hasta arrancarle la piel y dejar sus huesos a la vista.


¡Escuchadme, jefes y gobernantes de Israel! Vosotros rechazáis la justicia, y no respetáis ninguna ley.


Ya no hay en este mundo gente buena y que ame a Dios; unos a otros se hacen daño. Solo esperan el momento de matarse unos a otros.


Esto es, sacerdotes, lo que os dice el Dios todopoderoso: Los hijos respetan a sus padres, y los esclavos respetan a sus amos. ¡Pues yo soy vuestro Padre y vuestro Amo y, sin embargo, vosotros, sacerdotes, no me respetáis! ¡Me tratáis como si no valiera nada! Es más, despreciáis mi nombre y os atrevéis a preguntarme: ¿En qué te hemos ofendido o faltado al respeto? Y yo, el Dios todopoderoso, os respondo: Me ofendéis cuando despreciáis mi altar, cuando me presentáis como ofrenda animales impuros, que no valen nada porque están ciegos, cojos y enfermos. ¿No creéis que eso está mal? Si esos mismos animales se los ofrecierais a vuestro gobernador, se ofendería y no los aceptaría.


Esta advertencia va para vosotros, los sacerdotes:


Cuando Sísara se enteró de que Barac se dirigía al monte Tabor,


Cierto día, Débora mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, que vivía en Cadés, un pueblo de la tribu de Neftalí, y le dijo: —El Dios de Israel te ordena que reúnas en el monte Tabor a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón.


Entonces Samuel les dijo: —Reunid en Mispá a todos los israelitas, y allí rogaré a Dios por vosotros.


Los israelitas se reunieron en Mispá y reconociendo que habían ofendido a Dios sacaron agua de los pozos, la derramaron como señal de arrepentimiento delante de Dios y después ayunaron. Fue en Mispá donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite