5 Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.
5 Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.
5 Después volverán los hijos de Israel y buscarán a YHVH su Dios y a David su rey; Y acudirán temblorosos° a YHVH, y a su misericordia al fin de los días.
5 Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.
Cuando todos vieron que el rey no les había hecho caso, le dijeron: —¡No tenemos nada que ver con David, el hijo de Jesé! ¡No queremos que sus descendientes reinen sobre nosotros! ¡Volvamos a nuestras casas, israelitas! ¡Que la familia de David reine sobre su propia tribu! Así que los israelitas se fueron a sus casas.
«En el futuro, el monte donde se encuentra el Templo de nuestro Dios estará sólidamente asentado y será el monte más importante. Allí vendrán muchos pueblos
y gente de muchas naciones; entonces unos a otros se dirán: "Subamos al monte de Sion, al Templo del Dios de Israel, para que él mismo nos enseñe y obedezcamos sus mandamientos". Dios mismo nos enseñará su ley desde el monte de Sion, desde la ciudad de Jerusalén.
Siervo mío, Israel, no tengas miedo ni te asustes, porque a ti y a tus hijos os libraré de la esclavitud que sufrís en Babilonia. Podréis vivir seguros y tranquilos; no volveréis a tener miedo de nadie. Me serviréis a mí, que soy vuestro Dios, y al descendiente de David que yo os daré como rey.
La ciudad de Jerusalén será para mí motivo de alegría, de honor y de gloria ante todas las naciones de la tierra. Porque cuando vean todos los beneficios y toda la prosperidad que voy a concederle, quedarán asombradas y conmovidas.
pues te voy a dar una misión! Dentro de algunos años te daré la orden de invadir Israel. Este pueblo fue destruido y durante mucho tiempo quedó en ruinas. Su gente estuvo cautiva, y fue dispersada por muchas naciones. Pero yo lo he rescatado y ahora ha vuelto a reunirse en los montes de Israel donde ahora vive tranquilo.
Pero en el cielo hay un Dios que conoce todos los misterios y ha querido dar a conocer al rey lo que sucederá al final de los tiempos. Pues bien, yo te contaré el sueño y las visiones que has tenido mientras dormías:
Yo rugiré como un león y vosotros regresaréis desde Egipto y desde Asiria; vendréis a mí temblando de miedo, como las aves que vienen del oeste, y yo os llevaré a vuestras casas para que volváis a habitarlas. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.
Cuando llegue ese día, haré que los descendientes de David vuelvan a reinar en Israel. Lo que estaba en ruinas será reconstruido y volverá Israel a ser fuerte como antes.
Hermanos en Cristo, hay mucho que todavía no sabéis. Por eso voy a explicaros el plan que Dios ha mantenido en secreto. Algunos judíos se han vuelto muy tercos y no quieren creer en Jesucristo; pero solo se portarán así hasta que los no judíos pasen a formar parte del pueblo de Dios.
Dios es bueno, tiene mucha paciencia y soporta todo lo malo que hacéis. Pero no vayáis a pensar que lo que hacéis no tiene importancia; si Dios os trata con bondad es para que os arrepintáis de vuestra maldad.