Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Oseas 14:2 - Biblia Lenguaje Básico

2-3 Tu maldad te ha hecho caer, Israel. ¡Arrepiéntete y regresa a tu Dios! Ven ante él con esta oración: «Perdona nuestros pecados y acepta las alabanzas que te presentamos como ofrenda.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Presenta tus confesiones y vuélvete al Señor. Dile: «Perdona todos nuestros pecados y recíbenos con bondad para que podamos ofrecerte nuestras alabanzas.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Vuelve, Israel, junto a Yavé, tu Dios, pues tus faltas te hicieron tropezar.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Procuraos palabras y volveos a YHVH! Decidle: ¡Quita toda iniquidad y acéptanos con benevolencia!, Y te ofreceremos los sacrificios de nuestros labios.°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa.

Gade chapit la Kopi




Oseas 14:2
39 Referans Kwoze  

David dijo a Natán: —Reconozco que he pecado contra Dios. Natán le contestó: —Por eso mismo Dios te ha perdonado, y no vas a morir.


Pero David se sintió culpable por haber ordenado hacer el censo del pueblo. Así que dijo: —Dios mío, he pecado gravemente al hacer este censo. Te ruego que perdones mi pecado pues me he portado como un necio.


¿Por qué no me perdonas y te olvidas de mi maldad? Me queda muy poco de vida; cuando me busques, ya estaré muerto.


¡Yo soy el Dios altísimo! ¡Tráeme, pues, ofrendas de acción de gracias y cumple tus promesas!


Señor y Dios mío, Dios de mi salvación, líbrame de cometer homicidios, y mi lengua proclamará que eres justo.


Abre mis labios y te cantaré alabanzas.


Yo hice desaparecer tus faltas y pecados como desaparecen las nubes en el cielo. ¡Vuelve a mí, porque yo te di la libertad!».


Con esa brasa me tocó los labios y me dijo: —Esta brasa ha tocado tus labios. Con ella Dios ha quitado tu maldad y ha perdonado tus pecados.


Así que dirígete al norte y anuncia este mensaje: Israel, pueblo infiel, ¡vuélvete a mí! No voy a mantener mi enfado para siempre, y te recibiré con los brazos abiertos, porque soy un Dios bondadoso. Tan solo te pido que reconozcas tu culpa, que admitas que te rebelaste contra mí, que no has querido obedecerme, y que bajo la sombra de cualquier árbol frondoso has adorado a otros dioses. Soy yo, Dios, quien lo asegura.


Por eso, israelitas, convertíos a Dios, actuad con amor y con justicia, y confiad siempre en vuestro Dios.


Sois tan malos y orgullosos que acabaréis por ser destruidos; y lo mismo pasará con Judá.


Vosotros me traéis ofrendas, pero no es eso lo que yo quiero. Lo que quiero es que me améis y que me reconozcáis como vuestro Dios.


Que vengan los sacerdotes, los servidores de Dios. Que se presenten ante el altar, y con lágrimas en los ojos oren de esta manera: «¡Dios nuestro, perdona a tu pueblo! ¡No permitas que las naciones nos desprecien y nos humillen! No permitas que se burlen de nosotros diciendo: ¿dónde está vuestro Dios?».


Los que adoran a otros dioses, es porque se han olvidado de que tú, oh Dios, los amas.


Enseguida, el ángel de Dios habló con sus ayudantes y les ordenó que le quitaran a Josué las ropas sucias. Y a Josué le dijo: —He perdonado tus pecados y por eso ahora te voy a vestir con ropa limpia.


Si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, con mayor razón Dios, vuestro Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan.


Si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, con mayor razón Dios, vuestro Padre que está en el cielo, dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se daba golpes en el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, y perdóname por todo lo malo que he hecho!».


Al día siguiente, al ver que Jesús se acercaba, Juan dijo a los que estaban allí: —¡Aquí viene el Cordero de Dios. Por medio de él, Dios os perdonará todos los pecados.


Yo perdonaré sus pecados y mi pacto con ellos quedará restablecido.


Dios nos salvó y nos eligió para que seamos parte de su pueblo santo. No hemos hecho nada para merecerlo, sino que Dios así lo planeó por su propia iniciativa a través de Cristo Jesús desde antes de crear el mundo.


Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados, haciendo de nosotros su pueblo, un pueblo deseoso de hacer el bien.


Porque la sangre de los toros y de los demás animales que se sacrifican no puede quitar los pecados.


Nuestra ofrenda a Dios es darle gracias siempre, por medio de Jesucristo; esta es la alabanza que nuestros labios deben dar a Dios.


Pero vosotros «sois miembros escogidos de la familia de Dios, sois sacerdotes y reyes, sois su pueblo. Para que anunciarais su grandeza», Dios mismo os sacó de la oscuridad del pecado y os hizo entrar en su luz maravillosa.


Pero si vivimos en la luz, como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.


Sabéis que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados del mundo y que en él no hay ni puede haber pecado.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite