3 no podrá beber vino ni otras bebidas alcohólicas. Tampoco usará vinagre hecho de vino o de otros licores; no beberá zumo de uva ni comerá uvas frescas o pasas.
3 se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas.
3 dejará el vino y otras bebidas alcohólicas. No usará vinagre hecho de vino ni de otras bebidas alcohólicas, no beberá jugo de uva fresca ni comerá uvas o pasas.
3 no beberá ni vino ni bebida alguna que pueda embriagar, ni vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagante cualquiera, ni tampoco jugo alguno exprimido de uvas; no comerá uvas frescas ni pasas.
3 se abstendrá de vino y de bebidas fermentadas; no beberá vinagre hecho de vino ni de otra bebida fermentada; no beberá zumo de uvas ni comerá uvas frescas o pasas.
—Cuando tú y tus hijos tengáis que entrar en la Tienda del encuentro, no lo hagáis después de haber tomado vino o cualquier clase de licor. Si lo hacéis, moriréis, pues debéis saber distinguir entre lo que es sagrado y lo que no lo es, entre lo que es puro y lo que es impuro. Esta norma no cambiará jamás.
De entre vuestros hijos elegí a algunos como profetas y entre vuestros jóvenes consagré a otros como nazireos. ¡Decidme si no es verdad! Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.
¡Tened cuidado! No paséis el tiempo pensando en banquetes y borracheras, ni en las muchas cosas que esta vida os ofrece. Porque el fin del mundo podría sorprenderos en el momento menos esperado.
En realidad, todo esto no son más que normas que tienen que ver con comidas, bebidas y ceremonias de purificación; pero son normas que no nos ayudan a cambiar nuestra manera de vivir; solo sirven mientras Dios no las cambie por algo mejor.
Es decir, no debe comer nada que proceda de la vid, no debe beber vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comer comida impura. Tiene que hacer todo esto, tal como se lo he mandado.
Desde su nacimiento dedicarás tu hijo a Dios como nazireo. Por eso no debes beber vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comer comidas impuras; en cuanto al niño, nunca se le debe cortar el cabello, pues ha quedado dedicado a Dios desde el vientre de su madre. Ahora los filisteos dominan a los israelitas, pero con este niño comenzará su liberación.