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Números 24:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Al oír esto, el rey Balac golpeó con furia la palma de su mano y dijo a Balaán: —Te mandé llamar para que maldijeras a mis enemigos, y esta es la tercera vez que los bendices.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Entonces el rey Balac se enfureció contra Balaam y en señal de enojo palmeó las manos y gritó: —¡Yo te llamé para maldecir a mis enemigos! En cambio, los has bendecido tres veces.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Se enojó Balac con Balaam; golpeó las manos, y le dijo: '¡Te hice venir para que maldijeras a mis enemigos, y tú, en cambio, los has bendecido tres veces!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Entonces la ira de Balac se encendió contra Balaam, y batiendo sus palmas, dijo Balac a Balaam: ¡Para maldecir a mis enemigos te llamé, y he aquí, los has bendecido con ésta tres veces!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Balac se enfureció contra Balaán, dio palmadas y dijo a Balaán: 'Te he llamado para maldecir a mis enemigos, y los has bendecido ya por tres veces.

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Números 24:10
15 Referans Kwoze  

La razón de esta ley era que, en cierta ocasión, esa gente no les dio a los israelitas el pan y el agua que necesitaban, si no que pagaron a Balaam para que los maldijera. Pero nuestro Dios hizo que Balaam cambiara la maldición en bendición.


Así terminan los malvados, entre burlas y silbidos.


—Hombre mortal, anuncia de mi parte lo siguiente: ¡La espada, la espada! Ya le he sacado filo y brillo.


¡Llora de dolor, hombre mortal! Golpéate con rabia el pecho, porque esta espada está destinada a dar muerte a mi pueblo y a todos los dirigentes de Israel que junto con mi pueblo están condenados a muerte.


Tú, Jerusalén, te has hecho rica injustamente; por eso voy a descargar mi ira contra ti a causa de esas injustas riquezas y de los crímenes que has cometido.


El rey los ha mandado aquí para que yo eche una maldición sobre un pueblo que salió de Egipto y es innumerable. El rey Balac quiere que yo los maldiga para que pueda vencerlos y expulsarlos de su territorio.


Maldice de mi parte a ese pueblo y yo te recompensaré y haré todo lo que me pidas.


y es más poderoso que yo. Ven y échales una maldición. Yo sé que cuando tú bendices a alguien, le va bien, y que cuando lo maldices, le va mal en todo. Por favor, ven y maldice al pueblo de Israel. Tal vez así yo podré vencerlo y expulsarlo de este territorio.


Al oír esto, Balac dijo a Balaán: —¿Qué te pasa? ¡Te he traído aquí para que maldigas a mis enemigos y has hecho todo lo contrario! Pero Balaán contestó:


Vete ahora mismo a tu tierra. Yo había prometido hacerte rico, pero Dios te ha dejado sin recompensa.


Como un león agazapado como leona que descansa después de atacar, así eres tú, Israel. Así eres tú, Israel. ¡Nadie se atreverá a molestarte! ¡Benditos quienes te bendigan! ¡Malditos quienes te maldigan!


Esto ocurrió tres veces. Luego Dios retiró el manto y todo fue devuelto al cielo.


Sin embargo, vuestro Dios os ama tanto que no hizo caso de Balaán. Al contrario, convirtió la maldición en una bendición para vosotros.


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