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Números 22:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Entonces Dios ordenó a Balaán: —No vayas con esos hombres, ni eches la maldición sobre ese pueblo, pues es un pueblo al que yo he bendecido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero Dios le dijo a Balaam: —No vayas con ellos ni maldigas a este pueblo, ¡porque es bendito!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero Dios dijo a Balaam: 'No irás con ellos ni maldecirás a ese pueblo, porque está bendito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces ’Elohim dijo a Balaam: No irás con ellos ni maldecirás al pueblo, porque él es bendito.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero Dios dijo a Balaán: 'No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido'.

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Números 22:12
27 Referans Kwoze  

Con tus descendientes formaré una gran nación. Voy a bendecirte y hacerte famoso, y servirás de bendición para otros.


Azarías, que era el jefe de los sacerdotes, y descendiente de Sadoc, le respondió: —Dios ha bendecido a su pueblo, y es tanto lo que desde el principio han traído al Templo, que no nos ha faltado comida; por el contrario, ha sobrado mucho.


¡Tú bendices al pueblo donde todo esto se cumple! ¡Tú bendices al pueblo que te reconoce como su Dios!


Felices los que encuentran apoyo en el Dios de Israel, los que han puesto su esperanza en nuestro Dios.


Vuestros descendientes serán famosos entre todas las naciones; cuando la gente los vea, dirá: "Son un pueblo bendecido por Dios"».


Recuerda también, pueblo mío, que Balac, rey de Moab, tenía pensado hacerte daño, pero que Balaán hijo de Beor te bendijo en mi nombre. No olvides tampoco lo que ocurrió cuando pasaste de Sitín a Guilgal; reconoce que yo fui quien te salvó.


El rey los ha mandado aquí para que yo eche una maldición sobre un pueblo que salió de Egipto y es innumerable. El rey Balac quiere que yo los maldiga para que pueda vencerlos y expulsarlos de su territorio.


Al día siguiente, Balaán se levantó y les dio a aquellos hombres el mensaje que Dios le había dado: —Regresad a vuestro país, porque Dios no me deja ir con vosotros.


y es más poderoso que yo. Ven y échales una maldición. Yo sé que cuando tú bendices a alguien, le va bien, y que cuando lo maldices, le va mal en todo. Por favor, ven y maldice al pueblo de Israel. Tal vez así yo podré vencerlo y expulsarlo de este territorio.


No hay brujería que funcione contra ellos ni conjuros que puedan dañarlos. A su tiempo conocerán lo que Dios va a hacer por ellos.


Entonces Balaán dijo a Balac: —Quédate aquí junto al sacrificio que hemos ofrecido, mientras yo espero a ver si Dios quiere decirme algo; lo que me diga, yo te lo comunicaré. Balaán se retiró a un lugar alto y sin vegetación.


Pero ¿cómo podré yo maldecir a quien Dios no lo ha hecho? ¿Cómo desear yo desgracias a quien Dios ha bendecido?


Como un león agazapado como leona que descansa después de atacar, así eres tú, Israel. Así eres tú, Israel. ¡Nadie se atreverá a molestarte! ¡Benditos quienes te bendigan! ¡Malditos quienes te maldigan!


Mientras Pilato, el gobernador, estaba juzgando el caso, su mujer le mandó este mensaje: «No te metas con ese hombre, porque es inocente. Anoche tuve un sueño horrible por su causa».


Él no da regalos para luego quitarlos, ni se olvida de las personas que ha elegido.


Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo.


Ninguno de esos dos pueblos quiso daros alimentos y agua, cuando veníais de camino desde Egipto. Además, utilizaron a Balaán, hijo de Beor, que era de la ciudad de Petor en Mesopotamia, para que lanzara contra vosotros una maldición.


¡Dichoso tú, Israel, pues Dios te ha rescatado! Dios te protege y te ayuda; él te defiende de tus enemigos, ¡Tú los humillarás y los pondrás bajo tus pies!».


Seréis benditos más que cualquier otro pueblo. No habrá una sola familia que no tenga hijos, y todos sus ganados tendrán sus crías.


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