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Números 18:20 - Biblia Lenguaje Básico

20-24 Dios dijo finalmente a Aarón: —En Israel, todas las tribus han recibido como herencia su propio territorio. Pero a los descendientes de Leví no les daré ningún territorio, pues yo seré su única herencia. Cuando los israelitas me entreguen la décima parte de sus productos, todo eso será para los descendientes de Leví, en pago por el servicio que prestan en la Tienda del encuentro. Ellos son los únicos que pueden acercarse a la Tienda. Cualquier otro israelita que se acerque a la Tienda del encuentro, caerá en pecado y será castigado con la muerte. Esta será para vosotros una ley permanente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 El Señor le dijo a Aarón: «Ustedes, los sacerdotes, no recibirán ninguna asignación de tierra ni porción de terreno entre el pueblo de Israel. Yo soy tu porción y tu asignación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Yavé dijo además a Aarón: 'Tú no tendrás territorio alguno en el país ni habrá parte alguna para ti en medio de tu pueblo. Porque yo mismo soy tu parte y tu heredad en medio de los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y YHVH dijo a Aarón: En tierra de ellos no heredarás, ni tendrás porción en medio de ellos. Yo soy tu porción y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Dijo Yahveh a Aarón: 'No tendrás heredad en su tierra, ni habrá parte para ti en medio de ellos; yo soy tu parte y tu heredad en medio de los israelitas.

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Números 18:20
20 Referans Kwoze  

Después de esto, Dios se le apareció a Abrán en una visión y le dijo: —Abrán, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a premiarte generosamente.


Mira bien a mi derecha y verás que nadie me presta atención. ¡No hay nadie que me proteja! ¡A nadie le importo!


Tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad;


Ya casi no tengo fuerzas, pero tú sigues siendo por siempre mi heredad y mi fuerza.


Por eso digo que en él confío; ¡Dios es todo para mí!


Los sacerdotes no tendrán propiedades en Israel; yo seré su única posesión y herencia.


El número total de hombres descendientes de Leví, mayores de un mes, fue de veintitrés mil. A ellos no se les contó junto con los demás israelitas porque no se les dio ningún terreno como heredad.


y por eso a los de la tribu de Leví no se les dio ningún territorio propio, como se les dio a las demás tribus, pues Dios mismo sería su herencia.


Y os alegraréis en presencia de vuestro Dios, tanto vosotros como vuestros hijos e hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y los de la tribu de Leví que vivan entre vosotros; recordad que los de la tribu de Leví no van a recibir nada en el reparto de la tierra.


No os olvidéis de compartir vuestros productos con los de la tribu de Leví que viven en vuestra ciudad, pues a ellos no se les dieron tierras para cultivar y en cambio, a vosotros sí. Cada tres años apartaréis la décima parte de todo lo que cosechéis durante ese año, y la guardaréis a la entrada de la ciudad. Así, los de la tribu de Leví tendrán el alimento que necesiten. No solo ellos podrán tomar alimentos de allí, sino también los huérfanos, las viudas y los inmigrantes que vivan en tu ciudad. Si lo hacéis así, Dios os bendecirá y todo os saldrá bien.


La única tribu que no recibió ningún territorio en posesión fue la de Leví, ya que, según lo ordenado por Dios a Moisés, a los levitas les corresponde como heredad las ofrendas hechas por los demás israelitas al Dios de Israel.


Pero a la tribu de Leví no le dio ningún territorio, pues Dios mismo les daría todo lo necesario, como se lo había prometido.


Los descendientes de José se habían dividido en dos tribus: la de Manasés y la de Efraín. Moisés ya había repartido la tierra al este del Jordán entre las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. A los descendientes de Leví no les dio ningún territorio, pero sí les asignó ciudades donde vivir y campos donde pastar sus animales.


Pero los descendientes de Leví no recibirán ninguna parte del territorio. Su heredad consistirá en servir a Dios como sus sacerdotes. Las tribus de Gad y de Rubén, y la media tribu de Manasés, ya han recibido sus tierras al este del río Jordán. Se las entregó Moisés, siervo de Dios.


Y oí una fuerte voz que salía del trono y decía: —Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá con ellos y ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos.


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