1 Dios dijo a Aarón: —Cuando los israelitas cometan algún pecado contra el santuario, tú y tus descendientes, y los demás descendientes de Leví, seréis los responsables de ello. Y seréis también los responsables de los pecados cometidos de vuestro servicio como sacerdotes.
1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio.
1 Luego el Señor le dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y tus parientes de la tribu de Leví serán los responsables de cualquier ofensa relacionada con el santuario; pero solo tú y tus hijos serán los responsables de las faltas relacionadas con el sacerdocio.
1 Yavé dijo a Aarón: 'Tú, tus hijos y tu tribu contigo, serán responsables del Santuario. Tú y tus hijos contigo, tendrán la responsabilidad del sacerdocio.
1 Entonces YHVH dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y tu casa paterna contigo, cargaréis con las ofensas° contra el Santuario. Y tú y tus hijos contigo cargaréis con las ofensas contra vuestro sacerdocio.
1 Dijo Yahveh a Aarón: 'Tú y tus hijos, y contigo la casa de tu padre, cargaréis con el peso de las faltas contra el santuario; tú y tus hijos cargaréis con el peso de las faltas de vuestro sacerdocio.
Después de tanto sufrimiento, mi Siervo verá la luz y su conocimiento hará justos a muchos al cargar con sus pecados. Por eso le daré un puesto entre los grandes, un lugar entre los poderosos, ya que no dudó en afrontar la muerte, aceptando ser considerado criminal, para así cargar con las culpas de muchos y poder interceder por los culpables.
—¿Por qué no habéis comido el chivo en lugar sagrado? Sabéis de sobra que se trata de una ofrenda sagrada, una ofrenda para el perdón de pecados, tanto vuestros como del pueblo.
Así aprenderéis lo terrible que es enfrentaros a mí. Os juro que así lo haré. Vosotros explorasteis el territorio durante cuarenta días; pues bien, yo os castigaré un año por cada día. Cuarenta años andaréis vagando por el desierto, hasta que el último de vuestros cadáveres quede totalmente consumido.
Yo he purificado con fuego esos recipientes para quemar incienso, y ahora los descendientes de Aarón los usarán para mi servicio. Haced láminas con el metal de los incensarios, y cubrid con ellas el altar. Así todos los israelitas tendrán presente lo que pasó.
Así que, como el pueblo estaba a punto de rebelarse contra ellos, Moisés y Aarón entraron en la Tienda del encuentro, que fue cubierta por la nube. Entonces Dios se presentó con toda su gloria y dijo a Moisés:
A ti y a tus descendientes, hombres y mujeres, les corresponden también todas las ofrendas que los israelitas me presentan mediante el rito del balanceo. Podrá comer de ellas cualquier persona de tu familia que se encuentre en estado de pureza. Esto es algo que te concedo a ti, a tus hijos y a tus hijas de manera permanente.
—Reúne a los de la tribu de Leví, para que se pongan al servicio del sacerdote Aarón y del pueblo. Cuidarán la Tienda del encuentro y todos los utensilios que hay en ella.
Fue allí donde Dios eligió a la tribu de Leví para que transportara el Arca del pacto que Dios había hecho con vosotros. Igualmente la tribu de Leví quedó encargada de servir en el culto, y de bendecir al pueblo en nombre de Dios. Hasta el día de hoy, ese es su trabajo,
Obedeced a vuestros líderes haciendo lo que os digan, porque ellos cuidan de vosotros sin descanso y saben que son responsables ante Dios de lo que os pase. De esta manera harán su trabajo con alegría y sin quejarse, pues ¿de qué os serviría que lo hicieran a disgusto?
El Jefe de los sacerdotes que tenemos es Jesús y ha experimentado las mismas pruebas que nosotros, pero sin caer en el pecado; por eso puede compadecerse de nuestras debilidades.
Cristo hizo suyos nuestros pecados y por eso murió en la cruz. Lo hizo para que nosotros dejemos por completo de pecar y vivamos para hacer el bien. Cristo fue herido para que vosotros fuerais sanados.