Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Números 16:13 - Biblia Lenguaje Básico

13-14 Bastante daño nos has hecho con sacarnos de un país como Egipto en donde siempre había abundancia de alimentos. Tú prometiste llevarnos a un territorio con muchos campos y muchas viñas, a una tierra que mana leche y miel. ¡Pero solo nos trajiste a morir a un desierto donde no hay nada bueno! ¿Y pretendes que te sigamos a ciegas? Pues no será así. ¡No iremos!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

13 ¿No te basta que nos sacaste de Egipto, una tierra donde fluyen la leche y la miel, para matarnos aquí en este desierto, y que además ahora nos trates como a tus súbditos?

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que manaba leche y miel para hacernos morir en este desierto? ¿Y tú quieres hacer de jefe?

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¿Es poco que nos hayas hecho subir de una tierra que fluye leche y miel para hacernos morir en el desierto, y que además pretendas dominar sobre nosotros de manera absoluta?

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ¿Es poco habernos sacado de un país que manaba leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todavía quieres erigirte sobre nosotros en jefe?

Gade chapit la Kopi




Números 16:13
19 Referans Kwoze  

Para humillar a los israelitas, los egipcios los pusieron a las órdenes de capataces que los trataban con gran dureza mientras construían las ciudades de Pitón y Ramsés. En esas ciudades el faraón guardaba sus provisiones.


Entonces el faraón ordenó a los egipcios que tiraran al río a todos los niños israelitas que nacieran, pero que dejasen con vida a las niñas.


Les decían: —Nos habéis traído a este desierto para matarnos de hambre. Hubiera sido mejor que Dios nos quitara la vida en Egipto. Allí, por lo menos, teníamos ollas llenas de carne y podíamos sentarnos a comer hasta quedar satisfechos.


Pero era tanta la sed que tenían, que siguieron criticando a Moisés. Le dijeron: —¿Para esto nos sacaste de Egipto? ¿Para matarnos de sed, junto con nuestros hijos y nuestros animales?


Aquel le respondió: —¿Y quién te ha dicho que tú eres nuestro jefe o nuestro juez? ¿Acaso piensas matarme como mataste al egipcio? Al oír esto, Moisés se llenó de miedo y pensó: «Seguramente ya se sabe que he matado a un egipcio».


Muchos años después murió el rey de Egipto. Sin embargo, los israelitas seguían quejándose, pues sufrían mucho como esclavos.


Algunos de vosotros, israelitas, no os conformáis con aprovecharos de la comida más escogida, sino que estropeáis el resto; no os conformáis con beber el agua más clara y fresca, sino que enturbiáis la que os sobra.


Voy a darles carne todo un mes, hasta que se cansen de comerla, ¡hasta que les dé asco y les salga por las narices! Ese será vuestro castigo por haberme rechazado y no reconocer mi presencia entre vosotros. Eso os pasará por haberos quejado y por decir: «¡Era mejor habernos quedado en Egipto!».


La gente de fuera que se había mezclado con los israelitas sintió hambre y, junto con los propios israelitas, comenzó a quejarse diciendo: —«¡Quién pudiera comer carne!


¿Os acordáis del pescado que comíamos gratis en Egipto? Y qué sabrosos eran los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que comíamos allí.


Y este fue el informe que dieron [a Moisés]: —Hemos ido al territorio adonde nos enviaste. Es un territorio muy fértil que mana leche y miel. Mira, estos son los frutos que allí se producen.


No dejaban de criticar a Moisés y a Aarón diciendo: —¡Más valía que nos hubiéramos muerto en Egipto, o incluso en este desierto!


¿Para qué nos ha traído Dios a este territorio? ¿Solo para que nos maten a todos y se lleven como esclavos a nuestras mujeres e hijos? ¡Mejor regresemos a Egipto!


Moisés mandó llamar a Datán y a Abirán, pero ellos le respondieron: —No iremos.


Pero la gente de aquel país no quería a este príncipe como rey; así que envió a un grupo de personas para que llevaran este mensaje al emperador: «No queremos que este hombre sea nuestro rey».


El mismo Moisés a quien los israelitas rechazaron diciendo: «¿Quién te ha nombrado nuestro jefe o nuestro juez?», Dios mismo le convirtió en jefe y libertador de su pueblo. Esto lo hizo por medio del ángel que se le apareció a Moisés en la zarza.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite