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Números 11:31 - Biblia Lenguaje Básico

31 Dios hizo que desde el mar soplara un viento muy fuerte. Ese viento trajo muchísimas codornices y las lanzó sobre el campamento de los israelitas. Eran tantas que se podía caminar todo un día por el campo y encontrarlas amontonadas alcanzando casi un metro de altura.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Ahora bien, el Señor envió un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer por todo el campamento. Había codornices por kilómetros en todas las direcciones, volando como a un metro del suelo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Empezó a soplar un viento: venía de Yavé. El viento venía del mar y arrastraba codornices, las que dispersó por el campamento y sus alrededores hasta un día de camino. Las había por todo el derredor del campamento formando una capa de dos codos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Entonces llegó un viento de YHVH que trajo codornices desde el mar, y las arrojó sobre el campamento, como un día de camino por una parte y un día de camino por la otra, a casi dos codos de altura sobre la superficie de la tierra.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Entonces se levantó un viento enviado por Yahveh que trajo codornices de la parte del mar y las dejó caer sobre el campamento, en una extensión como de un día de camino por una parte y como de un día de camino por otra, en derredor del campamento, y con un espesor de casi dos codos sobre la superficie del suelo.

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Números 11:31
9 Referans Kwoze  

Pidieron comida, y Dios les envió codornices; calmó su hambre con el maná que era como pan venido del cielo.


Y él les complació, pero también les envió una enfermedad mortal.


Dios nos trae las nubes desde lo más lejano de la tierra. Dios nos manda los relámpagos que anuncian la lluvia. Dios saca el viento del lugar donde lo tiene guardado.


Moisés obedeció. Al instante, Dios envió sobre el país un viento que, desde el este, sopló todo el día y toda la noche. Ese viento trajo tal cantidad de saltamontes, que a la mañana siguiente todo Egipto estaba cubierto de ellos. ¡Nunca antes se había visto algo así!


Entonces Dios hizo que un viento muy fuerte soplara desde el oeste, y el viento se llevó los saltamontes y los arrojó al mar de los Juncos. ¡Todo Egipto quedó libre de saltamontes!


Pero tú soplaste con fuerza y los hundiste en el mar. ¡En medio de las aguas poderosas se hundieron como plomo!


Y así sucedió. Aquella misma tarde llegaron al campamento tantas codornices que cubrieron todo el suelo. A la mañana siguiente, todo el campamento estaba cubierto con un rocío que, al evaporarse, dejaba en el suelo algo blanco y pequeño, parecido a migas de pan.


A continuación, Moisés y los setenta líderes que había elegido regresaron juntos al campamento.


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