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Números 10:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Tocad también las trompetas en los días de alegría y en vuestras fiestas anuales, a principio de mes y cuando me presentéis vuestros sacrificios de todo tipo. Esto os servirá para acordaros de mí, que soy vuestro Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 También hagan sonar las trompetas en tiempos de alegría, en sus festivales anuales y al principio de cada mes. Además, toquen las trompetas cuando entreguen las ofrendas quemadas y las ofrendas de paz. Las trompetas le recordarán a su Dios el pacto que hizo con ustedes. Yo soy el Señor su Dios».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En los días de alegría, en las fiestas y en las lunas nuevas, ustedes tocarán las trompetas durante el ofrecimiento de los holocaustos y sacrificios de comunión. Así harán que su Dios se acuerde de ustedes. Yo soy Yavé, Dios de ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Asimismo en vuestros días de alegría, en vuestras fiestas solemnes señaladas y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas durante vuestros holocaustos y sacrificios de vuestras ofrendas de paz, y os serán por memorial delante de vuestro Dios. ¡Yo soy YHVH vuestro Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En vuestros días festivos, en las solemnidades y en los novilunios, tocaréis las trompetas durante vuestros holocaustos y sacrificios de comunión y vuestro Dios se acordará de vosotros. Yo, Yahveh, vuestro Dios'.

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Números 10:10
34 Referans Kwoze  

El marido le preguntó: —¿Por qué tienes que ir a verlo? Hoy no es día de fiesta: ni es sábado ni es día de luna nueva. La mujer respondió: —Yo sé lo que hago.


Todo el pueblo estaba de pie. Los sacerdotes estaban en sus lugares y tocaban las trompetas; los levitas tocaban los instrumentos musicales que David había fabricado para alabar a Dios cantando el canto que dice: «Dios nunca deja de amarnos».


Cuando los albañiles colocaron los cimientos del Templo de Dios, los sacerdotes se pusieron de pie y alabaron a Dios con trompetas. Llevaban puestas sus túnicas sacerdotales. También los descendientes de Leví, de la familia de Asaf, que estaban con ellos, alabaron a Dios haciendo sonar sus platillos, según lo que años atrás había ordenado David, rey de Israel.


Los sacerdotes que los acompañaban tocando trompetas pertenecían a la familia de Zacarías cuyos antepasados eran: Jonatán, Semaías, Matanías, Micaías, Zacur y Asaf. Los acompañaban también, tocando los instrumentos musicales inventados por David, estos parientes de Zacarías: Semaías, Azarel, Milalay, Guilalay, Maay, Natanael, Judá y Jananí Al frente de todos ellos iba el sacerdote Esdras.


¡Alabémoslo con sonido de trompeta! ¡Alabémoslo con arpas y liras!


¡Entonad himnos! ¡Tocad la pandereta, el arpa y la lira!


Tocad las trompetas en la fiesta de luna nueva y en la fiesta de luna llena, que es fiesta grande para nosotros.


Tú gobiernas con justicia y rectitud, el amor y la lealtad te acompañan.


Cada vez que Aarón entre en el santuario, deberá llevar puesto este pectoral con los nombres de las tribus israelitas escritos en él; de esta manera yo me acordaré siempre de ellos.


Todo el dinero que te den los israelitas se lo entregarás a los sacerdotes para que puedan cubrir los gastos del culto de la Tienda del encuentro. Así los israelitas recordarán que ya han pagado por el rescate de su vida.


Ese día sonará la gran trompeta. Todos los que estaban dispersos en el país de Asiria y en el país de Egipto, vendrán para adorar a Dios en la ciudad santa de Jerusalén.


que diera a los israelitas las siguientes instrucciones: —El día primero del séptimo mes será de descanso y de gran fiesta para vosotros. Ese día nadie en Israel trabajará, sino que todos os reuniréis para adorarme. Tocaréis las trompetas y sobre el altar quemaréis una ofrenda en mi honor.


Cuando estéis en vuestra tierra y tengáis que salir a luchar contra alguien que os ataque, tocad las trompetas y gritad con todas vuestras fuerzas. Entonces yo, que soy vuestro Dios, me acordaré de vosotros y os libraré de vuestros enemigos.


Además, el primer día de cada mes sacrificaréis y quemaréis por completo en mi honor dos toros, un carnero y siete corderos de un año sin defecto alguno.


El primer día del séptimo mes nadie en Israel trabajará, sino que os reuniréis en asamblea para adorarme. En ese día tocaréis las trompetas y, además de las ofrendas diarias y mensuales, me ofreceréis un toro en sacrificio, quemándolos por completo, un carnero y siete corderos de un año, sin defecto alguno. Con el toro me presentaréis seis kilos de la mejor harina amasada con aceite; con el carnero ofreceréis cuatro kilos, y con cada cordero dos kilos. También me ofreceréis en sacrificio un chivo para que yo os perdone vuestros pecados. Esto será un sacrificio como ofrenda de aroma agradable para mí.


Vosotros vivís siempre angustiados; siempre preocupados. Venid a mí, y yo os daré descanso.


Cornelio sintió miedo, pero miró fijamente al ángel y le dijo: —¿Qué quieres, Señor? El ángel le respondió: —Dios ha escuchado tus oraciones y está contento con todo lo que haces para ayudar a los pobres.


En un abrir y cerrar de ojos, cuando Cristo vuelva, se oirá el último toque de trompeta y los muertos resucitarán para no morir jamás, mientras nosotros seremos transformados.


Porque cuando Dios dé la orden por medio del arcángel y oigamos que la trompeta divina anuncia que el Señor Jesús baja del cielo, los primeros en resucitar serán los que murieron creyendo en Cristo.


Así que, animaos unos a otros con estas enseñanzas.


vosotros contestaréis que, cuando los sacerdotes entraron en el río con el Arca del pacto, las aguas del Jordán dejaron de correr. Así que estas piedras les recordarán siempre a los israelitas lo que Dios hizo aquí.


Delante del Arca del pacto irán siete sacerdotes, cada uno de ellos con una trompeta. El séptimo día daréis siete vueltas alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan sus trompetas.


El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: —¡Ven! Y todos los que estén escuchando digan: —¡Ven! Y el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna.


David le dijo: —Mañana se celebra la fiesta de la luna nueva. Se supone que yo debo comer con tu padre, pues es el rey. Te ruego que me dejes marchar para esconderme en el campo hasta pasado mañana.


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