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Nehemías 1:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 Pero también dijiste que si nos arrepentíamos y obedecíamos tus mandamientos, aunque hubiéramos sido deportados al último rincón del mundo, tú nos volverías a reunir y nos traerías al lugar que has elegido para que te adoremos.

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Biblia Reina Valera 1960

9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 pero si se vuelven a mí, si respetan mis mandatos y los ponen en práctica, aunque sus desterrados se hallen en el extremo del cielo, los reuniré y los haré volver al lugar que elegí para que en él habitara mi Nombre'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 pero si os volvéis a mí y observáis mis mandamientos y los cumplís, aunque vuestros exiliados estén en el extremo de los cielos, de allí Yo los recogeré y los conduciré de nuevo al lugar que escogí para que allí tabernaculice mi Nombre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 pero, si os convertís a mí, guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, aun cuando vuestros desterrados estuvieran en el extremo del cielo, de allí los reuniré y los traeré al lugar que elegí para morada de mi nombre'.

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Nehemías 1:9
28 Referans Kwoze  

y le dijo: —He escuchado tus oraciones y tus ruegos. Este Templo, que tú has edificado, lo he dedicado a mi nombre y en él viviré para siempre. Lo cuidaré y no dejaré de protegerlo ni un momento.


Y decid: «Sálvanos, oh Dios; permítenos volver a nuestra tierra para que allí te demos gracias y cantemos tus alabanzas».


¡Y que Dios, que escogió a Jerusalén para habitar en ella, aniquile a cualquier rey o nación que se atreva a desobedecer esta orden, o intente destruir el Templo de Dios! Esta orden deberá cumplirse al pie de la letra». Darío, rey de Persia


¡Dios nuestro, sálvanos! Permítenos volver a nuestra tierra para que allí te demos gracias y cantemos tus alabanzas.


los que él reunió de países del norte y del sur, del este y del oeste.


Dios ha reconstruido la ciudad de Jerusalén; ha hecho volver a los israelitas que los babilonios llevaron prisioneros.


Levantará su bandera ante las naciones y reunirá a los dispersos de Israel y de Judá que fueron esparcidos por el mundo del uno al otro extremo de la tierra.


Aquel día golpeará Dios a todos, desde el río Éufrates hasta el río de Egipto; pero a vosotros los israelitas os volverá a reunir uno por uno, como reúne el campesino las espigas.


Esto es lo que dice Dios, que reúne a los israelitas dispersos y que añadirá otros a los ya reunidos.


¡Volved a mí, hijos rebeldes, yo soy vuestro dueño! De cada ciudad tomaré a uno de vosotros, y de cada familia tomaré a dos, y os traeré a Jerusalén.


Dios dice a las naciones: «Escuchad mi mensaje, anunciadlo a las islas lejanas. Decid que yo dispersé a Israel, pero que volveré a reunirlo y a cuidarlo en adelante como cuida el pastor a sus ovejas.


Yo estoy muy furioso con mi pueblo, y por eso lo he dispersado por muchos países. Pero en el futuro, volveré a reunirlos, haré que vuelvan a Jerusalén y entonces vivirán tranquilos y seguros.


Mirad, un pueblo viene del norte, una poderosa nación llega desde una región muy lejana.


A los israelitas les dirás de mi parte: —Convertíos a mí, abandonad los ídolos y dejad de practicar esas odiosas acciones.


Yo os libraré de todas esas naciones; os reuniré y os llevaré a vuestra tierra.


Obedeced fielmente mis leyes,


Yo rescataré a mi pueblo de los países del este y del oeste,


Y enviaré por todo el mundo a mis ángeles para que, a toque de trompeta, reúnan a mis elegidos.


En caso de que el lugar elegido por Dios para habitar en él quede lejos, podréis matar alguna de vuestras vacas u ovejas que Dios os haya dado y, según está mandado, comer en vuestras ciudades lo que os apetezca.


Dios elegirá un lugar para vivir entre vosotros, y allí deberéis ir para adorarlo, llevando las ofrendas que quemaréis en su honor. Allí llevaréis también la décima parte de todo lo que ganéis, además de las ofrendas voluntarias, las primeras crías de vuestras vacas y ovejas, y cualquier otra ofrenda que hayáis prometido presentarle.


Moisés continuó diciendo: —Ahora ya conocéis las bendiciones que recibiréis si obedecéis a Dios, y las maldiciones que recibiréis si no le obedecéis. Si Dios os castiga y os envía lejos de vuestro país, pensad en todo esto que os he dicho.


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