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Miqueas 7:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 Es verdad que he pecado contra Dios y por eso tengo que soportar su castigo; pero un día me hará justicia y me hará gozar de su salvación.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Seré paciente cuando el Señor me castigue, porque he pecado contra él. Pero después, él tomará mi caso y me hará justicia por todo lo que he sufrido a manos de mis enemigos. El Señor me llevará a la luz y veré su justicia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Por ahora debo soportar la cólera de Yavé, pues me rebelé contra él, mientras examina mi causa y me hace justicia; entonces me hará salir a la luz y yo veré su fidelidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Soportaré la ira de YHVH, porque he pecado contra Él, Hasta que juzgue mi causa y defienda mi derecho. Él me sacará a la luz, y yo veré su justicia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Soportaré la ira de Yahveh, pues pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y falle mi juicio. Luego me sacará a la luz y veré su justicia.

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Miqueas 7:9
36 Referans Kwoze  

Él, en cambio, sabe dónde estoy; que me ponga a prueba, y saldré tan puro como el oro.


¿Cómo, entonces, te atreves a decir que tu petición está ante él y tú sigues esperando que la escuche?


¡Ponte de mi parte, y rescátame! ¡Cumple tu promesa y dame vida!


hará que tu justicia y tu honradez brillen como el sol de mediodía.


Dios mío, tú sabes que soy inocente, defiéndeme de la gente infiel, que solo miente y hace lo malo.


deja que mi enemigo me persiga y me alcance; deja que me arrastre por el suelo y que pisotee mi honor.


Los jueces volverán a ser justos y la gente honrada los imitará.


Llevaré a los ciegos por caminos que nunca antes conocieron; los guiaré por senderos que nunca antes transitaron; haré que delante de ellos las tinieblas se conviertan en luz. Convertiré los caminos rocosos en sendas totalmente llanas. Todo esto voy a hacerlo porque no he abandonado a mi pueblo.


Y también para que des vista a los ciegos y libertad a los que están encarcelados; para que hagas ver la luz a los que viven en tinieblas.


pronto vendré a salvaros, no demoraré más vuestra liberación. Yo traeré a Jerusalén la salvación, y mi honor al pueblo de Israel».


porque así habla vuestro Dios, el Dios defensor de su pueblo: «Ya no voy a castigaros más ni a daros más a beber la copa de mi enfado.


Así dice Dios: «Haced lo que es justo y bueno porque pronto voy a mostrar mi poder salvador.


¡Qué terrible es, Dios mío, mi dolor! ¡Mi sufrimiento no se acaba! Pero este es el mal que me aqueja y tengo que soportarlo.


Jeremías dijo: Dios mío, ¿por qué actúas en nuestro país como si estuvieras de paso? Te portas como un viajero que solo se queda a pasar la noche. Admitimos que hemos sido infieles y que son muchos nuestros pecados; ¡demuestra que tú sí eres fiel y ven pronto a ayudarnos! Tú eres nuestra única esperanza; ¡eres la salvación de Israel en momentos de angustia!


Los israelitas dicen: ¡Nuestro Dios nos ha hecho justicia! ¡Vayamos y contemos en Jerusalén lo que Dios ha hecho por nosotros!


Siempre Dios actúa con justicia; soy yo quien ha sido rebelde. ¡Escuchad, naciones todas! ¡Mirad cómo sufro! ¡El enemigo se llevó prisioneros a mis muchachos y muchachas!


Ahora sois rebeldes y os comportáis como las naciones que no creen en mí, pero entonces tendréis que humillaros y aceptar el castigo por vuestra maldad.


Entonces volveréis a ver que hay diferencia entre el bueno y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no lo sirve.


Por eso, no culpéis a nadie antes de que Jesucristo vuelva. Cuando él venga, dará a conocer todo lo que está oculto y todo lo que piensa cada uno de nosotros. Entonces Dios nos dará a cada uno el premio que merezcamos.


Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no solo a mí me la dará, sino también a todos los que esperan con ansias su regreso.


¡Alegraos por su ruina los que vivís en el cielo! ¡Y alegraos también vosotros, santos, apóstoles y profetas, pues Dios la ha castigado por todo el mal que os ha hecho!


Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, dijo: —¡Bendito sea Dios, que castigó a Nabal por lo que me hizo, y ha impedido que yo mismo me vengara de él. Luego, David envió algunos de sus ayudantes a Carmel, para que dijeran a Abigail: —David nos manda a pedirte que aceptes ser su mujer.


Samuel se lo contó todo, sin ocultarle nada, y Elí dijo: —¡Que se haga la voluntad de Dios! Él es quien manda.


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