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Miqueas 2:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Pero a los descendientes de Jacob que hayan quedado con vida los reuniré como a un rebaño en la pradera, como ovejas en su redil. Y aunque no sean muchos, parecerán una gran multitud.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 «Algún día, oh Israel, yo te reuniré; juntaré al remanente que quedó. Volveré a reunirlos como ovejas en su redil y como un rebaño en su pastizal. ¡Sí, su tierra se llenará nuevamente de ruidosas multitudes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Quiero reunir a Jacob entero, y recoger el resto de Israel. Los pondré como un rebaño en el corral, como rebaño en medio del pastizal, como una multitud alegre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¡Yo te reuniré sin falta, oh Jacob, todo entero! ¡Ciertamente congregaré al remanente de Israel! Los reuniré como ovejas en el aprisco, Como rebaño en medio del pastizal, Y harán el estruendo de una multitud.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Pero yo reuniré a Jacob todo entero, congregaré al resto de Israel; los agruparé como rebaño en el aprisco, como un hato en medio de sus pastos, allí mugirán lejos de los hombres.

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Miqueas 2:12
28 Referans Kwoze  

Cuando Bela murió, los siguientes reyes fueron: Jobab, natural de Bosrá; Jusán, de la región de Temán; Adad, hijo de Bedad, que tenía su capital en Avit y venció a Madián en los campos de Moab.


Entonces, Dios mostrará de nuevo su poder y hará que regrese su pueblo dispersado, los que aún queden en Asiria y en Egipto, en Patros, Etiopía y Elam, en Sinar, Jamat y las islas del mar.


Aquel día golpeará Dios a todos, desde el río Éufrates hasta el río de Egipto; pero a vosotros los israelitas os volverá a reunir uno por uno, como reúne el campesino las espigas.


Habrá una matanza en Bosrá, la ciudad capital de Edom, y correrá mucha sangre. La espada de Dios se empapará de sangre y de grasa, como cuando en el altar se ofrecen corderos y cabras.


Sin embargo, yo mismo reuniré a lo que quede de mi pueblo, haré que vuelva a este país desde las naciones donde lo dispersé y haré que prospere y se convierta en una gran nación.


Entonces los reinos de Israel y de Judá volverán a unirse y desde un país del norte volverán a la tierra que os di como herencia a vuestros antepasados.


Lo sacaré de los países donde ahora está preso; lo reuniré y lo llevaré de vuelta a su tierra. Luego lo llevaré a los montes y a los valles de Israel, y a todas las poblaciones del país, para que se alimente con la mejor comida. Vivirá en los montes más altos de Israel. Yo mismo le daré de comer y lo haré descansar. Soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Pero yo voy a venir en ayuda de mi pueblo para que nadie se aproveche de él; yo sabré distinguir entre los fuertes y los débiles.


Yo seré para vosotros como un pastor que os cuida y vosotros seréis mi rebaño. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Además, los israelitas llegarán a ser un pueblo muy numeroso, pues así me lo han pedido. Ahora sus ciudades están desiertas, pero yo haré que vuelvan a llenarse de gente. Así como la ciudad se llenaba de ovejas en los días de fiestas, así se llenará de gente. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel.


y diles: «Dios ha prometido reunir y sacar a los israelitas de las naciones donde ahora se encuentran para llevarlos de nuevo a su tierra».


Por eso yo prenderé fuego a las ciudades de Temán y Bosrá, y sus palacios quedarán hechos cenizas.


Yo mismo iré delante de ellos para abrirles paso y darles libertad. ¡Yo que soy su Dios y su rey!


Hermoso monte de Sion, tú has sido una torre protectora para mi amada Jerusalén; así que volverás a ser como antes, ¡serás la gran capital de mi pueblo!


Demuestra, oh Dios, tu poder contra todos tus enemigos y destrúyelos por completo.


Dios nuestro, cuida de este rebaño tuyo que vive solitario en el bosque en medio de fértiles campos; como lo hiciste en otro tiempo, alimenta a tus ovejas con los abundantes pastos que crecen en Basán y en Galaad.


No hay otro Dios que, como tú, perdone los pecados y olvide las maldades de los pocos que quedamos con vida. Tan grande es tu amor por nosotros que tu ira no dura para siempre.


Entonces os haré volver y, cuando estéis reunidos, os llenaré de gloria y honor ante todos los pueblos de la tierra, haciendo que cambie vuestra suerte delante de vuestros propios ojos. Así lo afirmo yo, que soy Dios.


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