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Mateo 5:46 - Biblia Lenguaje Básico

46 Si amáis solo a quienes os aman, ¿qué premio recibiréis por eso? Hasta los que cobran impuestos para el gobierno de Roma actúan así.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 Si solo amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos cobradores de impuestos hacen lo mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué galardón tenéis? ¿Acaso no hacen también lo mismo los publicanos?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?

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Mateo 5:46
19 Referans Kwoze  

Luego vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y decís que soy un glotón y un borracho, que soy amigo de pecadores y gente de mala fama. Pero recordad que la sabiduría de Dios se prueba por sus resultados.


Y si tampoco entonces hace caso, ponlo en conocimiento de la comunidad. Y si tampoco quiere hacer caso a la comunidad, tendrás que tratarlo como a los que no creen en Dios, o como a uno de los que cobran impuestos para el gobierno de Roma.


Si saludáis solo a vuestros amigos, no hacéis nada extraordinario. Hasta los que no creen en Dios hacen eso.


Cuando hagáis una buena acción, no lo anunciéis por todos lados para que la gente se entere; de lo contrario Dios, vuestro Padre que está en el cielo, no os dará ningún premio.


Más tarde, Jesús y sus discípulos estaban cenando en la casa de Leví. Muchos de los que cobraban impuestos, y otras personas de mala fama que ahora seguían a Jesús, también fueron invitados a la cena.


Cuando algunos maestros de la Ley, que eran fariseos, vieron a Jesús comiendo con toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: —¿Por qué vuestro maestro come con cobradores de impuestos y con gente de mala fama?


Mientras Jesús enseñaba, se le acercaron para oírlo muchos de los que cobraban impuestos para el gobierno de Roma, y otras personas a quienes los fariseos consideraban gente de mala fama.


El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se daba golpes en el pecho y decía: «¡Oh Dios! Ten compasión de mí, y perdóname por todo lo malo que he hecho!».


Allí vivía Zaqueo, un hombre muy rico que era jefe de los cobradores de impuestos.


Al ver la gente lo que había pasado, empezó a criticar a Jesús y a decir: —¿Cómo se le ocurre hospedarse en la casa de ese hombre de tan mala fama?


Vinieron también unos cobradores de impuestos para que los bautizara y preguntaron a Juan: —Maestro, ¿qué podemos hacer para salvarnos?


Ese mismo día, Leví ofreció en su casa una gran fiesta en honor de Jesús. Allí estaban comiendo muchos cobradores de impuestos y otras personas.


Algunos fariseos y maestros de la Ley comenzaron a murmurar de los discípulos de Jesús, y les dijeron: —¿Por qué coméis con los cobradores de impuestos y con toda esta gente de mala fama?


Los que habían escuchado a Juan, incluidos los cobradores de impuestos, le pidieron que los bautizara, reconociendo así que su mensaje procedía de Dios.


Luego, vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y decís que soy un glotón y un borracho, que soy amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma.


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