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Mateo 3:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 Yo os bautizo con agua, para que cambiéis vuestra forma de vivir. Pero hay alguien que viene después de mí, y que es más poderoso que yo. Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. ¡Yo ni siquiera merezco desatar las correas de sus sandalias!

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Biblia Reina Valera 1960

11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Yo bautizo con agua a los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios, pero pronto viene alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su esclavo y llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo -yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias-, él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Yo ciertamente os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, cuyas sandalias no soy digno de llevar. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 ' Yo os bautizo con agua como señal de conversión. Pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera soy digno de llevarle las sandalias; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.

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Mateo 3:11
29 Referans Kwoze  

Cuando yo dicte sentencia y haya castigado a mi pueblo, perdonaré a los habitantes de Jerusalén los crímenes que han cometido.


Yo haré que corra agua en el desierto y que broten arroyos en tierras secas. A tus descendientes les daré mi espíritu y derramaré sobre ellos mi bendición.


Confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.


Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto. Se vestía con ropa hecha de pelo de camello y usaba un cinturón de cuero. Comía saltamontes y miel silvestre y pedía a la gente que se bautizara en señal de conversión para que Dios les perdonara sus pecados. Y les decía también: —Después de mí viene alguien más poderoso que yo. ¡Ni siquiera merezco desatar las correas de sus sandalias! Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo. Todos los que vivían en la región de Judea, y en Jerusalén, iban al desierto para oír a Juan. Muchos confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.


Llegará antes que el Mesías, con el mismo poder y el mismo espíritu que antes tuvo el profeta Elías. Su mensaje hará que los padres se reconcilien con sus hijos, y que los rebeldes se vuelvan obedientes para preparar así al Señor un pueblo que lo reciba como es debido.


Pero Juan les respondió: —Yo os bautizo con agua, pero hay alguien que viene después de mí, y que es más poderoso que yo. Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego. ¡Yo ni siquiera merezco desatar las correas de sus sandalias!


Juan recorría la región cercana al río Jordán pidiendo a la gente que se convirtiera y se bautizara para obtener el perdón de los pecados.


Juan habló de aquel que es la Palabra, y anunció: «Este es de quien yo dije que estaba a punto de llegar y que es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo naciera».


Precisamente yo hablaba de él cuando dije: «Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existe desde antes que yo naciera».


Porque Juan bautizaba con agua, pero dentro de poco tiempo vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.


Pablo les dijo: —Juan bautizaba a la gente como señal de conversión, y les pedía que creyeran en el que venía después de él, es decir, en Jesús.


En el camino, al pasar por un lugar donde había agua, el ministro dijo de pronto: —¡Aquí hay agua! ¿No podrías bautizarme ahora?


Enseguida el ministro mandó parar el carro, bajó con Felipe al agua, y Felipe lo bautizó.


Entre nosotros, unos son judíos y otros no lo son. Algunos son esclavos y otros son personas libres. Pero todos fuimos bautizados por el mismo Espíritu Santo para formar una sola Iglesia y un solo cuerpo. A cada uno nos dio Dios el mismo Espíritu Santo.


Él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo bueno, sino porque tuvo misericordia de nosotros. Y llevó a cabo esa salvación a través del agua del bautismo, que hizo de nosotros nuevas criaturas y por medio del Espíritu Santo que nos dio una vida nueva;


Del mismo modo vosotros, los jóvenes, debéis obedecer la autoridad de los líderes de la Iglesia. Todos debéis trataros con humildad, pues las Escrituras dicen: «Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes».


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